La melorheostosis es una enfermedad ósea rara. Provoca el crecimiento anormal de nuevo tejido óseo en la superficie de los huesos existentes. El nuevo hueso tiene un aspecto característico en las radiografías, a menudo descrito como «fluido» o como cera de vela que gotea. El exceso de crecimiento óseo suele producirse en los huesos de un brazo o una pierna, aunque también puede afectar a la pelvis, el esternón, las costillas u otros huesos. (El término «melorreostosis» deriva de las palabras griegas «melos», que significa miembro; «rheos», que significa flujo; y «ostosis», que se refiere a la formación de hueso). El crecimiento óseo anormal asociado a la melorreostosis no es canceroso (benigno) y no se propaga de un hueso a otro.
Los signos y síntomas de la melorreostosis suelen aparecer en la infancia o la adolescencia. La afección puede causar dolor duradero (crónico), deformidades articulares permanentes (contracturas) y un rango de movimiento limitado de la parte del cuerpo afectada. En algunas personas, la extremidad puede aparecer engrosada o agrandada, y la piel que recubre la zona afectada puede volverse roja, gruesa y brillante.
Otra enfermedad rara, el síndrome de Buschke-Ollendorff, puede incluir melorreostosis. El síndrome de Buschke-Ollendorff se caracteriza por crecimientos de la piel denominados nevos del tejido conectivo y áreas de aumento de la densidad ósea denominadas osteopoikilosis. Un pequeño porcentaje de individuos afectados presenta también melorreostosis u otras anomalías óseas. Los científicos especularon en un principio que la melorreostosis que se produce sin las otras características del síndrome de Buschke-Ollendorff podría tener la misma causa genética que dicho síndrome. Sin embargo, desde entonces se ha determinado que el síndrome de Buschke-Ollendorff y la melorreostosis que se presenta sola están causados por mutaciones en genes diferentes, y las dos afecciones se consideran trastornos separados.