La marchante de arte de Manhattan Mary Boone ha sido liberada de la prisión en la que ha estado encarcelada a sólo 13 meses de su condena de 30 meses. Ha sido trasladada a un centro residencial de reingreso en Brooklyn tras un pico de casos de coronavirus (Covid-19) en la institución correccional federal de Danbury, Connecticut, según la base de datos de reclusos de la Oficina Federal de Prisiones.
La prisión de baja seguridad ha registrado un importante número de casos del virus entre los reclusos en los últimos meses, hasta el punto de que existe una demanda colectiva contra el director de la prisión, lo que ha llevado a agilizar el proceso de elegibilidad de los reclusos para su confinamiento en casa. Es más que probable que Boone, que tiene 68 años, haya podido optar a esa libertad anticipada como consecuencia de ello. Un portavoz del centro penitenciario confirmó a Artnet News, que informó por primera vez de la historia, que Boone ha sido liberada a la oficina de alojamiento a medias, aunque sigue sin estar claro cuánto tiempo permanecerá allí.
La legendaria y descarada marchante de arte, a la que en su día se refirieron como la «nueva reina de la escena artística» y conocida por defender a artistas como Jean-Michel Basquiat y Ross Bleckner, fue condenada a 30 meses de prisión por el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York por dos cargos de fraude fiscal totalmente en febrero de 2019 antes de cerrar sus galerías el pasado mayo. En septiembre de 2018, Boone se declaró culpable de los cargos presentados por el gobierno estadounidense después de haber declarado falsamente alrededor de 1,6 millones de dólares en gastos personales como gastos empresariales deducibles de impuestos en 2011. Supuestamente, también tuvo un comportamiento fraudulento similar en 2009 y 2010, lo que provocó pérdidas fiscales por un total de más de 3 millones de dólares, según el Servicio de Impuestos Internos (IRS) de Nueva York, condenado por fraude fiscal.
En febrero de este año, Boone también fue demandada por un antiguo director de su galería homónima en un juicio en el que se acusa a la marchante de malversar 10 millones de dólares de los fondos de la galería para pagar multas fiscales al Servicio de Impuestos Internos (IRS) de EE.UU., así como de deberle al director al menos 44.325 dólares en concepto de compensación no pagada.