Kit Vesey, un abogado londinense, se ha declarado a Angela Turner, una recepcionista de una galería de arte. Tiene miedo de darle la noticia a su ferozmente controladora madre Helena, pero lo hacen. Kit también insiste en que Angela no mencione nada a Helena sobre su visita a su padre Alex, que se divorció de Helena y se volvió a casar hace muchos años. Helena ha bloqueado toda mención de Alex en su vida e incluso amenazó con suicidarse cuando Kit sugirió una vez ir a vivir con él.

Aceptados por Helena, se instalan en el matrimonio y tienen dos hijos, todo mientras mantienen una relación secreta con Alex y su nueva familia. Sin embargo, cuando Helena ve un programa de arte sobre la esposa de Alex, Ruth, una renombrada fotógrafa, queda destrozada al ver a su chófer George asistiendo a una función familiar. Conspira para encerrar a Ruth en su cuarto oscuro con los ventiladores bloqueados, asfixiándola, e inventa pruebas para condenar a George.

Mientras visita Roma, Alex conoce a Jordan, una actriz americana con la que posteriormente se casa y que más tarde da a luz a gemelos. Cuando Kit queda paralizado tras ser operado de un tumor cerebral, Helena acude a atenderle al hospital, pero empieza a descubrir otras pruebas sobre cómo Angela ha estado visitando a Alex. Después de ver a Ángela salir de la casa de Alex e interpretar el evidente afecto entre ambos como una prueba de que Ángela tenía una aventura con Alex, Helena se desquicia cada vez más. Un día, en el hospital, informa a Kit, que está paralizado, de que tiene la intención de envenenar a los gemelos de Alex y Jordan con laburnum como recompensa por su «traición». Después de probar la eficacia del laburnum en el gato de un vecino, Helena mezcla algunas galletas de mazapán con el veneno y se las da a sus nietos, sabiendo que probablemente se las darían a los gemelos en la fiesta de Alex.

Sin embargo, el plan de Helena fracasa, ya que otra chica de la fiesta, Olivia, roba una de ellas mientras el resto de los invitados están fuera haciéndose una foto juntos, y posteriormente es descubierta en estado convulsivo en el jardín. Después de que la familia reciba una extraña llamada que dice ser del hospital, Ángela se da cuenta de que debe haber sido Helena la que envenenó los bizcochos y que ha llamado a la familia sólo para que le digan que la familia de Alex sí tuvo contacto con Kit. Ángela corre al hospital al mismo tiempo que Helena comienza a retirar a Kit de su máquina de soporte vital por su «traición». Angela llega y encuentra a Helena abrazando a Kit mientras éste lucha por respirar y llama a las enfermeras, que descubren que Helena, de hecho, le había obligado a salir de su parálisis. La escena final muestra a Helena en una celda de la prisión, con la mirada vacía en la pared.

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