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Un ataque epiléptico es algo aterrador de experimentar, y casi tan aterrador de ver. La persona pierde el conocimiento y cae al suelo. Sus músculos se contraen en espasmos, provocando sacudidas y espasmos incontrolables. Los espasmos de los músculos de la mandíbula pueden hacer que la persona se muerda la lengua. La respiración se vuelve difícil, e incluso puede detenerse brevemente. Las convulsiones hacen que algunas personas pierdan el control de la vejiga o los intestinos.

Afortunadamente, la mayoría de las convulsiones cesan por sí solas después de un par de minutos. Las que duran más de cinco o diez minutos (los médicos denominan a estas convulsiones de larga duración estado epiléptico) son una emergencia médica y deben ser detenidas con medicación administrada por vía intravenosa por un médico o un técnico de emergencias médicas. Cada año mueren en Estados Unidos más de 50.000 personas por convulsiones prolongadas, ya sea por daños cerebrales debidos a la propia convulsión o por accidentes relacionados con el desmayo en medio del ataque.

Un estudio publicado la semana pasada en el New England Journal of Medicine indica que un autoinyector manual -muy parecido a los bolígrafos de epinefrina que utilizan las personas con alergias potencialmente mortales- podría utilizarse para tratar las convulsiones que no se detienen por sí solas. Esto podría allanar el camino para el tratamiento casero de las crisis epilépticas.

El músculo supera a la vena

Para el ensayo, se formó a más de 4.000 técnicos de emergencias médicas para que administraran los fármacos anticonvulsivos denominados benzodiazepinas de dos maneras: a través de una vía intravenosa insertada en una vena del brazo (el tratamiento estándar actual), y con un dispositivo que inyecta automáticamente el fármaco en el muslo. La administración intravenosa es más rápida, pero puede ser difícil poner una vía intravenosa en el brazo de alguien que está sufriendo una convulsión. La inyección en el muslo tiene un efecto un poco más lento, pero es mucho más fácil de hacer.

Durante un periodo de 18 meses, los equipos médicos de emergencia respondieron a 893 convulsiones de larga duración. La mitad de las personas en estado epiléptico recibieron una benzodiacepina por vía intravenosa y la otra mitad por inyección en el muslo. La inyección muscular funcionó más rápido y mejor. Detuvo la crisis en el 73% de las personas antes de que llegaran al hospital. La vía intravenosa detuvo el ataque en el 63%.

Los minutos importan

Los ataques que terminan rápidamente no dañan el cerebro. Las que duran más de cinco minutos pueden causar daños cerebrales permanentes y discapacidad. Cuanto más se prolongue una convulsión más allá de los 10 minutos, más difícil será detenerla con la medicación. Y hasta una de cada cinco personas muere por una convulsión de larga duración. Por lo tanto, cuanto antes llegue al cerebro un medicamento anticonvulsivo, mejor.

Si alguna vez es testigo de una convulsión, mantenga la calma y haga todo lo posible para que los demás estén tranquilos. Estos son algunos pasos que puede seguir:

Llame al 911, o pida a otra persona que lo haga.

Tiempo de la convulsión. Esta información será útil cuando llegue el equipo médico de emergencia. Intente recordar todos los detalles que pueda para comunicárselos a los paramédicos y al médico más tarde.

Proporcione apoyo. No intente sujetar a la persona ni forzar nada en su boca, aunque la lengua esté sangrando. Para evitar lesiones en la cabeza, coloque suavemente un objeto blando y plano, como una chaqueta, debajo de la cabeza. Retire cualquier objeto duro o afilado que esté cerca de la persona.

Cuando cesen las sacudidas, gire suavemente a la persona sobre su costado. Cuando la persona se despierte, tranquilícela y proporciónele transporte u otra ayuda que pueda necesitar.

Mirando hacia el futuro

Este estudio no es la luz verde para que los médicos den autoinyectores llenos de medicación anticonvulsiva a todos sus pacientes que tengan convulsiones. Sin embargo, es probable que se realicen más pruebas de seguridad. Esto podría evitar a estas personas y a sus familias la angustiosa espera de la llegada de una ambulancia para detener la convulsión. También será importante una educación adecuada sobre el uso de estos inyectores.

Además de los autoinyectores, los investigadores también están probando un spray nasal que contiene una benzodiazepina. Esto podría hacer llegar la medicación al cerebro incluso más rápido que un autoinyector.

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