Dedicada a formar personas y comunidades de fe

La Sociedad de María (Marianistas) es una congregación religiosa católica romana internacional de hermanos y sacerdotes. Unos 230 miembros de la Provincia de Estados Unidos sirven en ministerios desde Honolulu hasta Puerto Rico, y en África oriental, India, Irlanda y México.

Los marianistas patrocinan universidades y escuelas secundarias, así como parroquias y centros de retiro. Trabajamos en la formación espiritual, la justicia social y la preservación del medio ambiente.

El beato Guillermo José Chaminade fundó la Sociedad de María en Francia en 1817. Los marianistas han estado presentes en los Estados Unidos desde su llegada a Cincinnati, Ohio, en 1849.

Los sacerdotes y hermanos marianistas viven y ejercen su ministerio de igual a igual, modelando nuestras vidas según María, la madre de Jesús.

Como parte de una Familia Marianista más amplia que incluye a las Hermanas Marianistas y a hombres y mujeres laicos comprometidos, nos dedicamos a formar personas y comunidades de fe a través de la educación, el trabajo parroquial, la justicia social, las artes y otros ministerios.

El carisma marianista

Los marianistas nos distinguimos por nuestro carisma único. Un carisma es un don otorgado por el Espíritu Santo para beneficio de los hijos de Dios.

Nuestro carisma guía nuestras vidas y todos nuestros ministerios. Se compone de estos valores fundamentales:

  • Somos personas de fe
    Como individuos espirituales, los marianistas llevamos a cabo la voluntad de Dios en nuestro servicio a los demás.
  • Somos seguidores de María
    Los marianistas ven a María como modelo de discipulado. Al igual que María dio a luz a Jesús, los marianistas buscamos dar vida a la presencia de Jesús en nosotros mismos y en los demás.
  • Somos gente de comunidad
    Los marianistas creen que vivir, rezar y apoyarse unos a otros en comunidad enriquece nuestra fe y fortalece nuestra capacidad para hacer frente a los desafíos del mundo – especialmente a los problemas asociados con la pobreza y la ignorancia.
  • Somos un discipulado de iguales
    Hermanos y sacerdotes comparten un estatus igual dentro de la Sociedad de María. El sacerdocio se ve como un ministerio, no como un «peldaño en la escalera».
  • Somos líderes en la misión
    La misión marianista es llevar a Cristo al mundo y trabajar por la llegada de su reino.

Declaración de nuestra misión

Empoderados por el Espíritu Santo e inspirados
por el dinamismo del carisma del Beato Chaminade,
nosotros -hermanos y sacerdotes- religiosos con voto en la
Familia Marianista, vivimos en comunidad como iguales.

A través de una vida de oración y de servicio evangélico,
nos dedicamos al seguimiento de
Jesucristo, Hijo de Dios convertido en Hijo de María.

Dondequiera que seamos enviados, invitamos a otros a compartir la misión de María de hacer presente a Cristo en todas las edades y culturas, formando personas y comunidades de fe apostólica que promuevan la justicia y la reconciliación.

Comprometidos con la educación, ejercemos nuestro ministerio con los jóvenes
y en solidaridad con los pobres.

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