Una visión filantrópica pionera
Tan notable como la carrera financiera de Templeton fue su dedicación al progreso y la filantropía. Conocido como un inversor contrario, también era un optimista feroz y un cuestionador implacable en su vida personal. Así, Templeton promovió el descubrimiento de «nueva información espiritual»: el progreso en la comprensión de las realidades más profundas de la naturaleza humana y del mundo físico, temas que, en su opinión, debían ser investigados con las herramientas de la ciencia moderna.
Convencido de que nuestro conocimiento del universo era aún muy limitado, trató de fomentar la apertura de miras sobre el carácter de la realidad última y lo divino. Con este fin, en 1972 creó el Premio Templeton, el mayor galardón anual concedido a una persona, para honrar a un innovador vivo de la dimensión espiritual de la vida. También fundó tres entidades benéficas (la Templeton World Charity Foundation, la John Templeton Foundation y la Templeton Religion Trust) para llevar a cabo su misión filantrópica.