Imagen: Monograma del IHS, sobre el altar mayor del Gesù, Roma, Italia | Jastrow

Santo del día para el 3 de enero

La historia del Santísimo Nombre de Jesús

Aunque San Pablo podría atribuirse el mérito de promover la devoción al Santo Nombre porque Pablo escribió en Filipenses que Dios Padre dio a Cristo Jesús «ese nombre que está por encima de todo nombre» (ver 2:9), esta devoción se popularizó gracias a los monjes y monjas cistercienses del siglo XII, pero sobre todo por la predicación de San Bernardino de Siena, un franciscano del siglo XV.

Bernardino utilizó la devoción al Santo Nombre de Jesús como una forma de superar las amargas y a menudo sangrientas luchas de clases y las rivalidades o venganzas familiares en las ciudades-estado italianas. La devoción creció, en parte gracias a los predicadores franciscanos y dominicos. Se extendió aún más después de que los jesuitas comenzaran a promoverla en el siglo XVI.

En 1530, el Papa Clemente V aprobó un Oficio del Santo Nombre para los franciscanos. En 1721, el Papa Inocencio XIII extendió esta fiesta a toda la Iglesia.

Reflexión

Jesús murió y resucitó por el bien de todas las personas. Nadie puede registrar el nombre de Jesús como marca o derecho de autor. Jesús es el Hijo de Dios e hijo de María. Todo lo que existe fue creado en y por el Hijo de Dios (ver Colosenses 1:15-20). El nombre de Jesús se degrada si algún cristiano lo utiliza como justificación para reñir a los no cristianos. Jesús nos recuerda que, puesto que todos estamos relacionados con él, también lo estamos entre nosotros.

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