Ya sabes cómo va esto: conoces a alguien y te enamoras. Tal vez te cases, tal vez tengas hijos. Vives, ríes, te amas a ti mismo en un estado de pura felicidad, y piensas, ¡¿cómo puedo ser tan afortunado de tener a esta increíble persona en mi vida? Pero entonces, justo cuando menos te lo esperas, y probablemente en algún momento entre agosto y febrero, llega el temido resfriado masculino.
Seguro que estás familiarizado con el resfriado común, pero el resfriado masculino es cualquier cosa menos común. El resfriado masculino es una plaga de nuestra especie, que busca y destruye a los hombres de nuestra especie con leves cosquilleos en la garganta, sudores nocturnos y extremidades doloridas.
Ahora, usted puede estar pensando, «por el amor de Dios, ¿qué podría ser tan diferente acerca de un resfriado masculino?» pero lo más probable es que no entienda cómo un simple contagio viral o bacteriano podría salir del campo izquierdo y amenazar todo lo que usted aprecia. La muerte acecha alrededor de las cortinas y tira de los dedos de los pies de los machos de nuestra especie, guadaña en mano, lista para recoger la cosecha que proporciona una ligera tos o una fiebre baja.
Las mujeres nos lamentamos al ver cómo nuestros fuertes y gloriosos maridos se reducen a niños crecidos ante nuestros propios ojos. Claro que nosotras también podemos sufrir alguna enfermedad, pero no es nada comparado con la plaga de la humanidad que es el temido resfriado masculino. La enfermedad para una mujer en estos escenarios es lo que sucede entre el cuidado de las cejas afiebradas y la realización de la extremaunción. El resfriado común pasa a un segundo plano frente al resfriado de hombre, ¡tonta mujer! Es un simple triaje, ¡hay que salvar primero a los moribundos!
Aparte de las bromas, no puedes entender del todo el resfriado de hombre si no lo has visto en acción. Esfuérzate por no poner los ojos en blanco para no perderte ni un momento del tormento.
Ah bueno, al menos tenemos la risa – la mejor medicina (para los no moribundos, claro).