El síndrome de Löfgren es una forma aguda, pero generalmente más leve, de sarcoidosis, descrita por primera vez por el investigador sueco Sven Löfgren en 1953.
Al igual que la sarcoidosis, se caracteriza por la presencia de parches de células inflamatorias denominados granulomas en diversos órganos y tejidos. Sin embargo, los pacientes con el síndrome de Löfgren no suelen desarrollar una sarcoidosis crónica o de larga duración, y muestran poco o ningún daño en los órganos.
El síndrome de Löfgren suele resolverse entre seis meses y dos años después del diagnóstico, a veces sin tratamiento.
No se conoce la causa exacta del síndrome de Löfgren, ni de la sarcoidosis en general. Se cree que implica una combinación de factores genéticos y ambientales, como alérgenos, virus o bacterias.
Síntomas del síndrome de Löfgren
Los síntomas del síndrome de Löfgren son similares a los de la sarcoidosis. Incluyen:
- Fiebre
- Fatiga, baja energía, y desgana (incluyendo malestar general)
- Artritis u otros dolores articulares
- Glándulas salivales hinchadas e inflamadas
- Inflamación de los ojos
- Ganglios linfáticos hinchados o agrandados en el pecho (linfadenopatía hiliar)
- Rojo, protuberancias dolorosas en la piel, generalmente en la parte delantera de las piernas (eritema nodoso).
Por razones que no se comprenden del todo, los síntomas cutáneos suelen indicar una afección que desaparece por sí sola.
Diagnóstico del síndrome de Löfgren
La combinación de fiebre, fatiga, artritis y síntomas cutáneos, junto con la inflamación de los ganglios linfáticos, puede relacionarse normalmente con el síndrome de Löfgren.
El síndrome de Löfgren puede confirmarse además mediante pruebas médicas. Por ejemplo, las resonancias magnéticas del tórax pueden ayudar a detectar cualquier granuloma en órganos como los pulmones y el aumento de tamaño de los ganglios linfáticos del tórax, ambos indicadores clave del síndrome de Löfgren y de otras formas de sarcoidosis.
Los niveles elevados en sangre de la enzima convertidora de angiotensina (ECA), una enzima que provoca la constricción de los vasos sanguíneos, aumentando la presión arterial y la inflamación, también pueden indicar la presencia de esta enfermedad.
Los niveles elevados de calcio, un mineral importante para la fortaleza de los huesos y la función nerviosa, también pueden estar presentes en la sangre. Pero los niveles de calcio también pueden verse afectados por la dieta.
Tratamiento del síndrome de Löfgren
El síndrome de Löfgren suele desaparecer por sí solo en el plazo de unos meses a un año con o sin tratamiento. Para reducir el dolor y la inflamación pueden utilizarse antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como la aspirina y el paracetamol, corticosteroides u otros fármacos esteroideos y colchicina.
Pronóstico del síndrome de Löfgren
El pronóstico suele ser bastante bueno, con un riesgo muy bajo de que el síndrome de Löfgren se convierta en sarcoidosis crónica.
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