La gastronomía húngara es famosa por varias cosas. Tanto si le gustan los platos de carne, como si es fan de la famosa crema agria o es goloso, hay algo para todos. Los postres húngaros son especialmente deliciosos. Esta semana le recomendamos que pruebe el krémes.

Este pastel es popular en toda Europa y existe en muchas formas. Algunos dicen que la receta original procede de la Francia del siglo XVII -de ahí que a veces se le llame «pastel de nata francés»-, mientras que otros afirman que es originario de Nápoles. Es similar a la mille feuille, mientras que en los países de habla inglesa se conoce como rebanada de vainilla o de crema. También se compara a veces con postres orientales como el baklava por las finas capas de hojaldre.

Sea cual sea el origen exacto, la receta evolucionó a lo largo del siglo, y prácticamente cada nación tiene ahora su propia versión.

La versión húngara se ha hecho especialmente popular, e incluso la CNN la incluyó en su lista de «los mejores pasteles de Budapest» hace unas semanas.

krémes, postre
Foto: facebook.com/pg/citromhab.blog

La esencia es la siguiente: tienes capas de pastelería y relleno de crema con sabor a vainilla. El número de capas es uno de los aspectos que varía de un país a otro. En Hungría, un buen krémes consiste en una gruesa capa de crema con sabor a vainilla -¡hasta 8 centímetros de altura! – entre dos láminas de hojaldre. A veces, la crema se cubre con nata montada y la parte superior recibe un glaseado de caramelo.

Ingredientes

Para la masa

200 g de hojaldre

4 cucharadas de azúcar glas

Para el relleno

250 ml de leche

5 huevos yemas

1 cucharadita de almidón

100 g de azúcar

1 barrita de vainilla

1 cucharada de mantequilla

100 ml de nata

Preparación

krémes, dessert
Photo: facebook.com/cukraszdabaja

Estira el hojaldre hasta que tenga unos 2 milímetros de grosor y se adapte a tu molde. Espolvorea el azúcar glas por encima y coloca una rejilla que se ajuste al molde. Esto evitará que el hojaldre suba demasiado o de forma desigual, y el azúcar le dará un agradable sabor caramelizado. Hornear a 180 grados durante unos 10 minutos. Una vez transcurridos los diez minutos, dale la vuelta para que el otro lado quede hacia arriba, espolvorea el azúcar glas en éste también y vuelve a meterlo en el horno. Transcurridos 5 minutos, suba la temperatura del horno a 220 grados, pero no se separe del lado del horno en los últimos minutos, ya que puede quemarse muy fácilmente. Si ves que el hojaldre tiene un color ámbar y caramelizado, entonces puedes sacarlo. Repite esto una vez más con la otra lámina de hojaldre. Si dibujas suavemente las líneas de las porciones en el hojaldre sin cocer, te será más fácil cortarlo.

Para la crema, calienta la leche junto con la rama de vainilla. Mientras tanto, batir las yemas con el azúcar, añadir la fécula y batirlo todo hasta que desaparezcan los grumos. Añadir la leche calentada a las yemas sin dejar de mezclar. A fuego muy lento, calentarla sin dejar de removerla, pero sin que llegue a hervir. Cuando esté caliente y espesa, viértela en otro recipiente y remuévela hasta que se enfríe a temperatura tibia. Es entonces cuando se incorpora la mantequilla. Bata la nata y añádala también a la mezcla.

Vierta la mezcla de nata en una de las líneas de pastelería y coloque la otra encima. Espolvoréala con azúcar glas o añádele un buen glaseado de caramelo.

Ahora, sólo te queda disfrutarla! 😉

Para más recetas, consulta este artículo sobre la col rellena húngara. Si te apetece algo diferente, considera la sopa de cerezas ácidas.

Imagen destacada: www.facebook.com/Nosalty – Kálmán Szabó

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