El reto de las necesidades médicas no cubiertas

La humanidad sigue luchando contra un elevado número de enfermedades graves y complejas como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la esclerosis múltiple, las enfermedades de Alzheimer y Parkinson y la diabetes, así como diferentes tipos de enfermedades inflamatorias o infecciosas graves (por ejemplo, el VIH). La mayoría de estas enfermedades tienen un tremendo impacto negativo no sólo en el propio paciente, sino también en toda la sociedad y en los sistemas sociales y de seguros vinculados. Es de suma importancia hacer frente a estas plagas con los medios adecuados, en gran parte dirigidos por las aplicaciones de la nanomedicina.

La nanomedicina, que despierta grandes expectativas en millones de pacientes por una asistencia sanitaria mejor, más eficiente y asequible, tiene el potencial de ofrecer soluciones prometedoras a muchas enfermedades. Desde el diagnóstico hasta el seguimiento de la enfermedad, pasando por la cirugía y la quimioterapia o la medicina regenerativa, las nanotecnologías repercuten prácticamente en todos los campos de la medicina actual.

Varias áreas de la atención médica ya se están beneficiando de las ventajas que puede ofrecer la nanotecnología. Los primeros sistemas de administración selectiva de fármacos basados en la nanotecnología ya están en el mercado, otros se encuentran en fase de ensayo clínico o, en su mayor parte, están en fase de desarrollo. Otro ámbito muy atractivo de la nanomedicina es el diagnóstico a nanoescala. El objetivo es identificar una enfermedad en la fase más temprana posible. En el mejor de los casos, ya se detectaría una sola célula con mal comportamiento y se curaría o eliminaría. Los nuevos conceptos de medicina regenerativa dan esperanzas a muchos pacientes con fallos orgánicos o lesiones graves. En la actualidad, la piel, el hueso y el cartílago artificiales se encuentran en una fase avanzada de desarrollo y, en parte, ya están en el mercado.