Los gobernantes mayas utilizaban el jaguar como símbolo del derecho divino de los reyes. El Dios Jaguar habitaba en el Inframundo, hogar de los muertos, y cada mañana se convertía en el Dios Sol, viajando por el cielo hacia el oeste, donde volvía a caer en el Inframundo. Para mantener el ciclo de la noche y el día, los gobernantes realizaban rituales para apaciguar a los dioses, los controladores del destino de la humanidad. Al igual que el Dios Jaguar, los reyes mayas desafiaban a la muerte renaciendo fuera del temido Inframundo, del que el ser humano medio no podía escapar.

Los mayas del periodo clásico (250-900 d.C.) desarrollaron una sofisticada tradición artística, produciendo piedra esculpida, cerámica pintada, figurillas de arcilla y libros de corteza con dibujos y escritura jeroglífica.

Los artistas mayas de la cerámica eran miembros de la élite con un alto nivel de educación. Utilizaban pintura de engobe, una mezcla de pigmento finamente molido, arcilla y agua, para decorar su cerámica con imágenes de rituales, mitos, motivos geométricos y jeroglíficos. La cerámica se utilizaba como vajilla, moneda, símbolo de estatus y como ofrenda a los muertos. También se hacían ollas de barro para cocinar y almacenar alimentos.

Hoy en día, muchos mayas continúan siguiendo la antigua religión en su patria ancestral, que se extiende por cinco países de Mesoamérica: México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador.

La exposición Gente del Jaguar se centra en auténtica cerámica maya decorada con figuras y glifos, así como en ciertos objetos recreados para la película IMAX.

Un jaguar jugando con un nenúfar, ambos símbolos de la realeza.

Regalos de la realeza

Artefactos:

Máscara del Dios Jaguar
Figurilla de una noble
Figurilla de doscara
Concha incisa
Vasija con dos chamanes
Placa con motivo de pájaro
Vasija con tres Nobles
Vasija con cuatro Nobles danzantes
Vasija con figura agachada
Vasija con Hombre Serpiente danzante

Créditos:

  • Fotografía en rollo: Tecnología de imágenes láser en 3D desarrollada por el Consejo Nacional de Investigación de Canadá y el Instituto Canadiense de Conservación.


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