La oficina del auditor estatal determina si el dinero de los impuestos se gasta de forma eficiente, económica y legal, y lo bien que se protegen los fondos públicos de posibles fraudes o abusos. Las auditorías se clasifican en cinco tipos: gobierno estatal, rendimiento, petición, condado y auditorías especiales del condado. Las auditorías del gobierno estatal abarcan los organismos, juntas y comisiones estatales, los funcionarios electos de todo el estado, la legislatura, los estados financieros del estado y las concesiones federales gastadas por el estado. Las auditorías de rendimiento analizan si los diversos programas u organismos estatales logran los resultados deseados y se ejecutan de la manera más eficiente y rentable.

El auditor estatal también revisa los tribunales municipales y de circuito del estado, 90 de los 114 condados del estado, y puede ser solicitado por los ciudadanos para auditar las subdivisiones políticas locales. Todas las auditorías se llevan a cabo de forma imparcial y no partidista y de acuerdo con las normas de auditoría gubernamental emitidas por la Oficina General de Contabilidad de los Estados Unidos. Además de las funciones principales de auditoría, el auditor estatal registra todos los bonos de obligación general y se asegura de que los tipos impositivos recaudados por las subdivisiones políticas cumplan con la ley estatal.