«OK Boomer»
El otoño pasado, cuando Chlöe Swarbrick, de 25 años, respondió a las preguntas sobre su edad en una sesión parlamentaria de Nueva Zelanda sobre el cambio climático con estas dos palabras, la frase acaparó los titulares de las noticias. La joven introdujo en el discurso público el meme que se había extendido por Internet durante el último año, una mirada despectiva de la Generación Z (nacidos en 1997) hacia los Baby Boomers (nacidos entre 1946 y 1965). El efecto polarizador del meme no es nada nuevo; los enfrentamientos intergeneracionales siempre han existido, y siempre existirán. Pero «OK Boomer» pone de manifiesto la vitalidad de los memes como moneda cultural. ¿Qué pueden decirnos los memes sobre la Generación Z, la generación más consciente socialmente y conectada digitalmente?
Aunque los memes de Internet fueron creados por primera vez por los millennials (nacidos entre 1981 y 1996), la palabra meme se originó con el biólogo evolutivo Richard Dawkins en 1976, combinando la palabra griega mimeme -que se traduce como «cosa imitada»- y gene. Según la definición de Dawkins, los memes son ideas culturales que se propagan y repiten en la sociedad. Añade Internet y un sentido del humor en evolución, y tienes el meme de Internet: un recipiente de comunicación, un significante del zeitgeist cómico y un dispositivo para canalizar las ansiedades inherentes a la juventud.
En una encuesta realizada en 2018 por el Centro de Investigación Pew, el 70% de los adolescentes estadounidenses informó de que la depresión y la ansiedad eran un «problema importante». Y es fácil ver por qué. La generación Z, posiblemente más que cualquier otra generación, se enfrenta a un futuro incierto: el cambio climático, el estancamiento salarial, la polarización política y los tiroteos masivos solo rozan la superficie. Y los memes de Internet, con su característica excentricidad -por ejemplo, el texto «Puedo parecer una mosca, pero quiero morir» sobre la imagen de una persona que levanta el pulgar- se han convertido en el método de afrontamiento de las nuevas generaciones. Para los no iniciados, el humor de los memes es nihilista y extravagante, pero el sentido de autoconciencia traducido a través de los memes comparte sorprendentes similitudes con la noción de absurdo del filósofo Albert Camus.
En 1942, Camus publicó el ensayo El mito de Sísifo, en el que examinaba el mito griego de un hombre destinado a rodar por toda la eternidad una roca colina arriba sólo para que volviera a caer cada vez. El relato encapsulaba la existencia fútil de la humanidad y el tormento existencial que permitía; Sísifo -a quien Camus comparaba con la sociedad en su conjunto- pasa por el mismo ciclo continuo sin ningún propósito discernible. El propio acto de vivir es absurdo, según Camus, si la vida no tiene ningún sentido. Sin embargo, argumentó, si Sísifo aceptara este absurdo, en lugar de revolcarse en el temor existencial o ceder a distracciones ilusorias, podría estar contento, tal vez incluso feliz. Este es el mismo sentimiento que ha adoptado la Generación Z: abrazar lo absurdo de los tiempos haciendo memes sobre ello.
Los memes de hoy en día gotean con la comedia negra de marca de Internet. Están adornados con una lengua vernácula propia de la juventud moldeada por Internet, lo que los hace fascinantes y frustrantes para las generaciones mayores. Cuando los memes de la Generación Z comentan «oof» o «yikes» sobre la irreversibilidad del daño medioambiental de la Tierra, o expresan la necesidad de «yeet into the void» (lanzarse al vacío) para escapar de las duras realidades de nuestro tiempo, las respuestas displicentes pueden ser hilarantes. Pero también contienen un tipo de honestidad contundente.
Quizás la conmoción del humor de los memes radica en que la Generación Z no tiene otra opción que aceptar lo absurdo del futuro. O lidiar con las consecuencias medioambientales de las generaciones anteriores. Pero no están llevando esta carga con pavor existencial. Utilizan la herramienta que mejor conocen -la tecnología- para aligerar el peso con un poco de frivolidad. Los memes llevan adelante un movimiento que se define tanto por el humor como por el desafío a las formas de pensar del pasado. Porque si no puedes reírte de tu miedo existencial, ¿qué otra cosa puedes hacer?
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