Nicole Kidman rara vez habla de sus dos hijos mayores con Tom Cruise -Isabella, de 25 años, y Connor, de 23-, quienes decidieron vivir con su padre y, al igual que Cruise, practicar la Cienciología, después de que la pareja se separara en 2001. Pero la promoción de su nueva película, Boy Erased, en la que Kidman interpreta a la madre de un hijo gay (Lucas Hedges), ha suscitado previsiblemente preguntas y ha llevado a Kidman a romper su silencio sobre Isabella y Connor.

«Son adultos», dijo Kidman a la revista australiana Who. «Son capaces de tomar sus propias decisiones. Han elegido ser cienciólogos, y como madre, mi trabajo es amarlos».

En comentarios que se aplican tanto a su papel en la película como a su propia vida, Kidman -que también es madre de dos hijas, Sunday y Faith, con su marido, Keith Urban- pasó a subrayar la importancia de la tolerancia en las relaciones madre-hijo: «Eso es lo que creo: que no importa lo que haga tu hijo, el niño tiene amor, y el niño tiene que saber que hay amor disponible y yo estoy abierta aquí. Creo que eso es muy importante porque si se le quita eso a un niño, cortarlo en cualquier niño, en cualquier relación, en cualquier familia, creo que está mal. Así que ése es nuestro trabajo como padres, ofrecer siempre amor incondicional»

Sus palabras son desgarradoras en el contexto de las declaraciones pasadas de Kidman sobre la elección de sus hijos de vivir con Cruise y practicar la Cienciología, lo que parece haber abierto una brecha entre ellos. (Véase el relato de la ex amiga de Cruise y denunciante de la Cienciología, Leah Remini, según el cual Isabella se refirió en una ocasión a Kidman como una «maldita SP», jerga de la Cienciología para referirse a una «persona supresiva» fuera de la religión). Kidman dijo a Who que es muy reservada respecto a sus hijos mayores, pero que está segura de que ser madre es su «propósito»: «Sé al 150 por ciento que daría mi vida por mis hijos».