La neuroprotección tiene como objetivo:
- limitar la muerte de los nervios tras una lesión del SNC
- proteger el SNC de la degeneración prematura y de otras causas de muerte de las células nerviosas
Los agentes neuroprotectores contrarrestan los efectos de la neurodegeneración, o descomposición de los nervios.
Varios tipos de sustancias tienen efectos neuroprotectores:
Agentes atrapadores de radicales libres
Convierten las células dañadas y los radicales libres inestables que causan enfermedades en moléculas más estables y fáciles de manejar por el organismo.
Los antioxidantes pueden interactuar con los radicales libres y reducir su impacto. Están presentes en los alimentos, especialmente en los de origen vegetal, y en los suplementos.
Los científicos no saben exactamente cómo funcionan. Su mecanismo de acción parece depender tanto de la enfermedad a la que se dirigen como de factores propios de cada individuo.
La vitamina E, por ejemplo, ha demostrado tener propiedades antioxidantes en el Alzheimer y, en menor medida, en la esclerosis lateral amiotrófica.
Sin embargo, las investigaciones también han sugerido que los suplementos de vitamina E pueden empeorar la función cerebral y la demencia en algunas personas.
Es importante hablar con un médico antes de utilizar cualquier producto a base de hierbas, medicamentos de venta libre o suplementos.
Muchos productos pueden interactuar con otros medicamentos y producir efectos secundarios no deseados.
Agentes antiexcitotóxicos
El glutamato es un neurotransmisor excitador. Es necesario para el funcionamiento normal de las células nerviosas, pero su exceso puede ser perjudicial.
Impedir que el glutamato llegue a algunas células bloqueando los receptores de glutamato, por ejemplo, puede evitar la sobreestimulación y la degeneración.
La amantadina, que es una opción de tratamiento para el Parkinson, puede ayudar a reducir la discinesia, o movimientos involuntarios, relacionados con el Parkinson.
Parece que funciona cambiando la interacción entre el glutamato y otra sustancia química del cerebro.
Sin embargo, pueden producirse efectos secundarios como alucinaciones, visión borrosa, confusión e hinchazón de los pies.
Inhibidores de la apoptosis
La apoptosis, o muerte celular programada, se refiere a la muerte natural de las células a medida que el cuerpo envejece y crece.
Los científicos han sugerido que los agentes antiapoptóticos podrían retrasar este proceso en las neuronas. Los investigadores están estudiando este tipo de terapias en la investigación del tratamiento del cáncer.
Agentes antiinflamatorios
Estos pueden aliviar el dolor, así como reducir los procesos inflamatorios que pueden empeorar el Parkinson y el Alzheimer.
Un estudio ha indicado que tomar 40 miligramos de aspirina al día puede disminuir el riesgo de Alzheimer en personas con diabetes de tipo 2.
Factores neurotróficos
Un grupo de biomoléculas denominadas factores neurotróficos puede promover el crecimiento de las neuronas.
Los científicos están buscando formas de administrar estas moléculas proteicas con fines terapéuticos.
Quelantes del hierro
Algunas personas con Alzheimer, Parkinson o ELA parecen tener niveles de hierro más altos de lo normal.
Por esta razón, algunos científicos creen que reducir los niveles de hierro puede ayudar con estas enfermedades. Las sustancias que eliminan el hierro sobrante del organismo, o quelantes del hierro, pueden ayudar.
En un estudio, los científicos descubrieron que el tratamiento con quelantes del hierro mejoraba el estado de los roedores con una enfermedad similar al Alzheimer. Sin embargo, se necesitan más estudios para confirmar estos resultados.
Estimulantes
No está claro qué papel podrían desempeñar los estimulantes en el desarrollo de problemas de funcionamiento del cerebro, como la demencia.
En el pasado, los estudios en animales han sugerido que la cafeína podría tener propiedades neuroprotectoras.
Sin embargo, una revisión de 2015 de las investigaciones sobre el consumo de cafeína y la demencia concluyó que no era ni preventiva ni perjudicial para la función cerebral.
Terapia génica
La barrera hematoencefálica impide que las infecciones y los virus entren en el cerebro, pero también puede impedir que los tratamientos lleguen a él. Esto dificulta la administración de un tratamiento directamente en el cerebro.
La terapia génica, que consiste en identificar y sustituir un gen causante de la enfermedad, podría resolver este problema.
Sin embargo, al igual que ocurre con muchos agentes neuroprotectores, la investigación aún no ha confirmado que la terapia génica sea siempre eficaz.
Terapia con células madre
Se está investigando cómo los científicos podrían utilizar la tecnología de células madre para regenerar las células del cuerpo, incluidas las células nerviosas.
Algunos estudios han sugerido que el trasplante de células madre de la médula ósea podría ayudar a regenerar las células que han sufrido daños relacionados con la EM.