ResumenEditar

La medicina epigenética abarca una nueva rama de la neuroinmunología que estudia el cerebro y el comportamiento, y ha proporcionado conocimientos sobre los mecanismos que subyacen al desarrollo del cerebro, la evolución, la plasticidad y la homeostasis neuronal y de la red, la senescencia, la etiología de diversas enfermedades neurológicas y los procesos de regeneración neuronal. Está conduciendo al descubrimiento de los factores de estrés ambiental que dictan el inicio de trastornos neurológicos específicos y de biomarcadores de enfermedad específicos. El objetivo es «promover la recuperación acelerada de las funciones cognitivas, conductuales y sensoriomotoras deterioradas y aparentemente perdidas de forma irrevocable mediante la reprogramación epigenética de las células madre neurales regionales endógenas».

Destino de las células madre neuralesEditar

Varios estudios han demostrado que la regulación del mantenimiento de las células madre y las posteriores determinaciones del destino son bastante complejas. La complejidad de la determinación del destino de una célula madre puede entenderse mejor conociendo el «circuito empleado para orquestar el mantenimiento de las células madre y las decisiones progresivas sobre el destino neuronal». Las decisiones sobre el destino neuronal incluyen la utilización de múltiples vías de señalización de neurotransmisores junto con el uso de reguladores epigenéticos. El avance de la diferenciación de las células madre neuronales y las decisiones del destino glial deben orquestarse oportunamente para determinar la especificación del subtipo y los procesos de maduración subsiguientes, incluida la mielinización.

Trastornos del neurodesarrolloEditar

Los trastornos del neurodesarrollo son el resultado de alteraciones del crecimiento y el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso y dan lugar a muchos trastornos. Algunos ejemplos de estos trastornos son el síndrome de Asperger, las lesiones cerebrales traumáticas, los trastornos de la comunicación, el habla y el lenguaje, los trastornos genéticos como el síndrome X frágil, el síndrome de Down, la epilepsia y el síndrome de alcoholismo fetal. Los estudios han demostrado que los trastornos del espectro autista (TEA) pueden presentarse debido a trastornos básicos de la regulación epigenética. Otras investigaciones neuroinmunológicas han demostrado que la desregulación de los procesos epigenéticos correlacionados en los TEA puede alterar la expresión de los genes y la función cerebral sin causar las clásicas lesiones genéticas que son más fácilmente atribuibles a una relación de causa y efecto. Estos hallazgos son algunos de los numerosos descubrimientos recientes en áreas previamente desconocidas de la mala expresión de los genes.

Trastornos neurodegenerativosEditar

La evidencia creciente sugiere que las enfermedades neurodegenerativas están mediadas por mecanismos epigenéticos erróneos. Las enfermedades neurodegenerativas incluyen la enfermedad de Huntington y la enfermedad de Alzheimer. La investigación neuroinmunológica de estas enfermedades ha aportado pruebas como la ausencia de patrones simples de herencia mendeliana, una desregulación transcripcional global, múltiples tipos de alteraciones patogénicas del ARN y muchas más. En uno de los experimentos, el tratamiento de la enfermedad de Huntington con desacetilasas de histonas (HDAC), una enzima que elimina los grupos acetilo de la lisina, y antracinas de unión ADN/ARN que afectan al posicionamiento de los nucleosomas, mostró efectos positivos en las medidas de comportamiento, la neuroprotección, la remodelación del nuclesoma y la dinámica de la cromatina asociada. Otro nuevo hallazgo sobre las enfermedades neurodegenerativas implica que la sobreexpresión de HDAC6 suprime el fenotipo neurodegenerativo asociado a la patología de la enfermedad de Alzheimer en modelos animales asociados. Otros hallazgos muestran que hay mecanismos adicionales responsables de la «desregulación transcripcional y postranscripcional subyacente y de las complejas anomalías de la cromatina en la enfermedad de Huntington».

Trastornos neuroinmunológicosEditar

Los sistemas nervioso e inmunitario tienen muchas interacciones que dictan la salud general del organismo. El sistema nervioso está sometido a una vigilancia constante por parte del sistema inmunitario adaptativo e innato. A lo largo del desarrollo y la vida adulta, el sistema inmunitario detecta y responde a los cambios en la identidad celular y la conectividad neuronal. La desregulación de las respuestas inmunitarias tanto adaptativas como adquiridas, el deterioro de la diafonía entre estos dos sistemas, así como las alteraciones en el despliegue de los mecanismos inmunitarios innatos pueden predisponer al sistema nervioso central (SNC) a la autoinmunidad y la neurodegeneración. Otras pruebas han demostrado que el desarrollo y el despliegue de los sistemas inmunitarios innato y adquirido en respuesta a factores de estrés sobre la integridad funcional de nivel celular y sistémico y la evolución de la autoinmunidad están mediados por mecanismos epigenéticos. La autoinmunidad se ha vinculado cada vez más a la desregulación selectiva de los mecanismos epigenéticos y, por tanto, el uso de agentes terapéuticos epigenéticos puede ayudar a revertir procesos patógenos complejos. La esclerosis múltiple (EM) es un tipo de trastorno neuroinmunológico que afecta a muchas personas. La EM se caracteriza por la inflamación del SNC, la desmielinización inmunomediada y la neurodegeneración.

La encefalomielitis miálgica (también conocida como síndrome de fatiga crónica), es una enfermedad multisistémica que provoca la disfunción de los sistemas neurológico, inmunológico, endocrino y del metabolismo energético. Aunque muchos pacientes muestran una degeneración neuroinmunológica, se desconocen las raíces correctas del SM/SFC. Los síntomas del ME/CFS incluyen una disminución significativa de la capacidad para participar en actividades habituales, estar de pie o sentarse erguido, incapacidad para hablar, problemas de sueño, sensibilidad excesiva a la luz, el sonido o el tacto y/o problemas de pensamiento y memoria (funcionamiento cognitivo defectuoso). Otros síntomas comunes son dolor muscular o articular, dolor de garganta o sudores nocturnos. No hay tratamiento, pero los síntomas pueden tratarse. Los pacientes que son sensibles al moho pueden mostrar una mejora de los síntomas al trasladarse a zonas más secas. En general, algunos pacientes tienen una ME menos grave, mientras que otros pueden estar postrados en cama de por vida.

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