En muchos órganos como el hígado, el pulmón y el riñón están implicados principalmente en la fibrosis. En el tejido de la herida están implicados en el fortalecimiento de la misma mediante la deposición de fibras de colágeno extracelular y, a continuación, en la contracción de la herida mediante la contracción intracelular y la alineación concomitante de las fibras de colágeno mediante la tracción mediada por integrinas en los haces de colágeno. Los pericitos y las células mesangiales renales son algunos ejemplos de células modificadas similares a los miofibroblastos.
Los miofibroblastos pueden interferir en la propagación de las señales eléctricas que controlan el ritmo cardíaco, lo que provoca arritmias tanto en pacientes que han sufrido un infarto como en fetos. El ursodiol es un fármaco prometedor para esta afección.
Curación de heridasEditar
Los miofibroblastos pueden contraerse utilizando el complejo actina-miosina de tipo músculo liso, rico en una forma de actina denominada actina muscular lisa alfa. Estas células son entonces capaces de acelerar la reparación de la herida contrayendo los bordes de la misma.
Los primeros trabajos sobre la cicatrización de heridas demostraron que el tejido de granulación tomado de una herida podía contraerse in vitro (o en un baño de órganos) de forma similar al músculo liso, cuando se exponía a sustancias que provocan la contracción del músculo liso, como la adrenalina o la angiotensina.
Más recientemente se ha demostrado que los fibroblastos pueden transformarse en miofibroblastos con la fotobiomodulación.
Una vez completada la cicatrización, estas células se pierden por apoptosis y se ha sugerido que en varias enfermedades fibróticas (por ejemplo, cirrosis hepática, fibrosis renal, fibrosis retroperitoneal) este mecanismo no funciona, lo que conduce a la persistencia de los miofibroblastos y, en consecuencia, a la expansión de la matriz extracelular (fibrosis) con contracción.
De forma similar, en las heridas que no se resuelven y se convierten en queloides o cicatrices hipertróficas, los miofibroblastos pueden persistir, en lugar de desaparecer por apoptosis.