Definición

La médula oblonga forma parte del sistema nervioso central autónomo que conecta directamente el tronco cerebral con la médula espinal. Médula significa en latín medio; oblongata se refiere a la forma alargada de esta parte del cerebro. La médula oblonga está situada en la base del tronco encefálico y es esencial para una amplia gama de funciones motoras y sensoriales somáticas y autónomas. Prácticamente todas las señales nerviosas pasan por la médula oblonga.

medula oblonga
Médula oblonga – cadáver humano

Situación de la médula oblonga

La médula oblonga está situada en la parte inferior del tronco encefálico, justo debajo de la protuberancia, y se une a la médula espinal en el foramen magnum de la base del cráneo. Contiene materia gris y blanca. La materia blanca es blanca debido a las vainas de mielina de los numerosos axones nerviosos que llevan mensajes rápidamente del cuerpo al cerebro y viceversa. La materia gris conecta la médula oblonga con cuatro de los nervios craneales. Estos son los:

  • Nervio glosofaríngeo (CN IX)
  • Nervio vago (CN X)
  • Nervio accesorio (CN XI)
  • Nervio hipogloso (CN XII)

Función del bulbo raquídeo

Las funciones del bulbo raquídeo son esenciales para casi todas las vías de las células nerviosas. Estas funciones son específicas de ciertas áreas de la médula o presentan a la médula oblonga como parte de una vía o tracto neuronal funcional. Un ejemplo de esta vía es el papel de la médula en la formación reticular, que controla funciones vitales como la respiración y el ritmo cardíaco. La médula oblonga también desempeña un papel importante en nuestro ciclo de sueño-vigilia o ritmo circadiano.

En este artículo veremos la función de la médula oblonga (a menudo abreviada como médula) según vías o tipos de tejidos específicos. Se trata de los centros cardiovascular y respiratorio, el núcleo del tracto solitario (nucleus tractus solitarii en latín, o NTS), el área postrema, el núcleo trigeminal espinal, los núcleos olivares inferiores, la formación reticular, la decusación piramidal (motora), el núcleo cuneado, el núcleo grácil, el lemnisco medial y el tracto espinotalámico. No es necesario que aprenda de memoria estas áreas tan específicas, sino que verá cómo las diferentes áreas de la médula participan en vías complejas. Estas se describen con más detalle a continuación.

Centro cardiovascular

La función de la médula oblonga en el centro cardiovascular es regular el gasto cardíaco. El gasto cardíaco es la cantidad de sangre que sale del ventrículo izquierdo del corazón por contracción (volumen sistólico) multiplicada por la frecuencia cardíaca en latidos por minuto. La regulación del gasto cardíaco es posible gracias a la información proporcionada por los barorreceptores y los receptores de pH de las arterias principales.

Tabla de reflejos barorreceptores de la médula oblonga aórtica
Tabla de flujo: mecanismo de los barorreceptores

Los quimiorreceptores nos informan de la acidez del cuerpo: la sangre se vuelve más ácida cuando aumentan los niveles de dióxido de carbono. También informan al cerebro de los efectos de las hormonas y los neurotransmisores, sobre todo en forma de epinefrina y norepinefrina. Los barorreceptores envían información sobre la cantidad de estiramiento en las arterias principales, midiendo la cantidad de presión. Si alguien pierde mucha sangre, por ejemplo, se ejerce menos presión sobre las paredes de los vasos sanguíneos y el cuerpo responderá constriñendo los vasos sanguíneos periféricos y aumentando la frecuencia cardíaca para que llegue más sangre a los órganos vitales.

La médula oblonga responde a estas señales ajustando tanto la frecuencia cardíaca como el volumen sistólico, lo que modifica el gasto cardíaco. Esta función de la médula oblonga forma parte del sistema nervioso autónomo o involuntario y tiene tres acciones distintas. La primera es el centro cardioacelerador que aumenta la frecuencia cardíaca y el volumen de la carrera (si hay suficiente sangre) como reacción a las señales del sistema nervioso simpático (lucha o huida). El segundo es el centro cardioinhibidor, que ralentiza el ritmo cardíaco y el volumen de las pulsaciones bajo la influencia del parasimpático (descanso y digestión). El tercer sistema es el centro vasomotor que regula la constricción o dilatación del músculo liso arterial y así afecta a la presión arterial y al flujo sanguíneo.

Centro respiratorio

La médula oblonga funciona como un centro respiratorio cíclico para la regulación de la respiración. Esto se hace a través de las neuronas inspiratorias que se encuentran dentro de la médula y que envían impulsos motores al diafragma y a los músculos intercostales externos (costillas). Dos nervios craneales -el nervio vago y el nervio glosofaríngeo- envían datos a las neuronas inspiratorias que han sido recogidos de los quimiorreceptores. Cuando se estimulan, las neuronas inspiratorias se disparan y hacen que el diafragma y los músculos de las costillas externas se contraigan. La presión en el interior del tórax es menor que la presión en el exterior del cuerpo y el aire entra en los pulmones. Esto es la inspiración.

Inspiración espiración involuntaria médula oblongata
Inspiración y espiración – una acción involuntaria

Las neuronas inspiratorias -también situadas en la médula oblongata- envían mensajes a los músculos del abdomen y a los músculos intercostales internos. Para crear un movimiento respiratorio suave, las neuronas inspiratorias y espiratorias aumentan y disminuyen lentamente su frecuencia de disparo. Cuando el cerebro degenera unos minutos antes de la muerte, esto ya no es posible y el resultado es el jadeo.

El jadeo al final de la vida o la respiración agónica es un reflejo involuntario de supervivencia de la médula oblonga que se inicia en ausencia de oxígeno. Algunos médicos piensan que puede ser una experiencia incómoda, otros creen que el cerebro ya no es capaz de procesar pensamientos de malestar en esta fase. Puede consultar los argumentos en los apartados Respiración agónica y sufrimiento del PDF gratuito de texto completo aquí.

Núcleo del tracto solitario

El núcleo del tracto solitario (NTS) o núcleo solitario (SN) se refiere a un grupo de células sensoriales de la médula oblonga que forman parte del sistema nervioso autónomo. Aquí se recibe y transmite la información cardiovascular, visceral (ciertos órganos internos), respiratoria, gustativa y orotáctil. La información orotáctil es especialmente importante en los recién nacidos y en los bebés pequeños, donde se sabe que el reflejo de succión reduce el dolor y el malestar.

Los diferentes mensajes llegan a la médula oblonga a través de quimiorreceptores, receptores de estiramiento, neuronas conectadas directamente a los órganos viscerales y algunos de los nervios craneales (facial, glosofaríngeo y vago). Estos mensajes desencadenan una serie de reflejos de los mamíferos. Producen respuestas que pueden o no ser transmitidas a otras áreas funcionales del bulbo raquídeo, como la formación reticular. Todas estas funciones sensoriales son autonómicas.

Es en el núcleo del tracto solitario donde se producen reflejos como el reflejo nauseoso, el reflejo de la tos y los reflejos de barorregulación (vasoconstricción y vasodilatación), así como los mecanismos de motilidad y secreción de la pared intestinal. Una vez que llegan estos mensajes, el SNT los reenvía a otras partes del sistema nervioso central para producir una respuesta. Por ejemplo, cuando se estimulan, los receptores del gusto en el NTS envían una señal a la formación reticular que estimula el movimiento de los músculos de la lengua y la mandíbula.

Reflejo de tos del bulbo raquídeo
Regulado por el bulbo raquídeo

Área Postrema

La principal función del bulbo raquídeo en el área postrema es el reflejo del vómito (no el reflejo nauseoso que es regulado por el SNT). El vómito o la emesis es el resultado de dos zonas separadas de la médula oblonga: la zona desencadenante de quimiorreceptores (CTZ) y el centro integrador del vómito.

Los mensajes llegan a la CTZ desde la sangre y el líquido cefalorraquídeo cuando están presentes ciertos niveles de toxinas. Estos mensajes se transmiten al centro integrador del vómito. El centro integrador del vómito es responsable de un reflejo que es la combinación de las vías motoras autonómicas, viscerales y somáticas. Las vías motoras somáticas incluyen la contracción de los músculos respiratorios y abdominales, mientras que las vías viscerales modifican el movimiento de los intestinos (peristaltismo). Las vías autonómicas aumentan la salivación y la sudoración. La combinación de estos estímulos produce dos etapas del reflejo del vómito: la fase prodrómica y la fase de expulsión. La primera de ellas relaja los músculos del estómago y permite que los alimentos que han pasado al intestino delgado retrocedan (peristaltismo retrógrado). Esto desencadena la siguiente fase: arcadas y vómitos (expulsión del contenido del estómago).

Otras funciones del área postrema incluyen la entrada de quimiorreceptores y osmorreceptores de los principales vasos sanguíneos y del hígado. Los osmorreceptores informan a la médula oblonga sobre el equilibrio de líquidos en el cuerpo. El área postrema es un componente importante del sistema renina-angiotensina-aldosterona (RAAS). Las investigaciones más recientes también demuestran que la información quimiorreceptora que se procesa en el área postrema ayuda a regular la fuerza con la que inspiramos y espiramos (impulso respiratorio) y contribuye a un aumento del apetito cuando el estómago no está suficientemente estirado.

RAAS renina angiotensina aldosteron
El RAAS

Núcleo Trigeminal Espinal

Otro grupo de funciones sensoriales de la médula oblonga ocurre en el núcleo trigeminal espinal (STN). Esta área ayuda a proporcionar nuestras respuestas a la temperatura, el tacto y el dolor – específicamente de la cara. Esto se debe a que la entrada sensorial proviene del nervio trigémino, el nervio facial, el nervio vago y el nervio glosofaríngeo. Las personas con neuralgia del trigémino tienen síntomas que incluyen un dolor facial punzante en un solo lado. Esto podría ser el resultado de una hiperactividad en el núcleo trigeminal espinal del bulbo raquídeo.

Núcleos olivares inferiores

El complejo olivar inferior alberga los olivos principales, los accesorios mediales y los accesorios dorsales que intercambian información sensorial y motora entre la médula espinal y el cerebro para permitir acciones aprendidas. Una gran cantidad de información propioceptiva (saber dónde están las diferentes partes de nuestro cuerpo en cada momento sin necesidad de mirar) en combinación con las conexiones con el centro motor del cerebro y el ojo nos permite practicar y perfeccionar los movimientos aprendidos. La médula oblonga es, por tanto, también crucial para nuestra motricidad fina y coordinación. En las enfermedades neurodegenerativas, una oliva inferior dañada puede conducir a la pérdida de movimientos finos previamente perfeccionados y a la falta de coordinación.

Formación reticular

Aunque no se limita a la médula oblonga, la formación reticular la atraviesa. La formación reticular es una complicada red de vías nerviosas. Toda la estructura implica partes de la médula, el puente de Varolio, el mesencéfalo, el hipotálamo y el tálamo. La función de la formación reticular es regular nuestros estados de conciencia y excitación y hacer coincidir los estímulos sensoriales con las funciones motoras, mentales y de memoria.

Los anestésicos generales administrados antes de los procedimientos quirúrgicos tienen un efecto directo sobre la formación reticular; reducen la conciencia, el tono muscular y la capacidad de respuesta a los estímulos externos, detienen la formación de la memoria (amnesia) y alteran muchas respuestas autonómicas. Los fármacos anestésicos reducen los efectos de neurotransmisores como la adenosina, la hipocretina, el glutamato, el GABA y la acetilcolina, responsables de los niveles de excitación y conciencia. Si la médula está dañada, toda la formación reticular puede verse afectada negativamente. Si otras áreas no funcionan eficazmente, pasarán menos o más mensajes a través de la médula, provocando un exceso o una falta de estímulos y respuestas.

Vías de formación reticular de la médula oblonga
Muchas vías nerviosas pasan por la médula

Decusación piramidal

El punto en el que la médula oblonga se une a la médula espinal se conoce como decusación piramidal. Es aquí donde las fibras motoras de las pirámides medulares (estructuras verticales emparejadas) se cruzan desde un lado del cerebro al lado opuesto de la médula espinal. Las fibras motoras que continúan hacia la médula espinal pasan a llamarse a partir de este punto tracto corticoespinal. El tracto corticoespinal es responsable de la transferencia de datos relacionados con el movimiento desde la corteza motora del cerebro hasta la médula espinal. Gracias a la decusación piramidal, los daños en el hemisferio izquierdo del cerebro provocan síntomas motores en el lado derecho del cuerpo y viceversa. Más que una función específica, esta parte del bulbo raquídeo es más bien un marcador anatómico. Varias teorías explican por qué se produce la decusación en los vertebrados. Las más populares son las hipótesis de la torsión somática y de la torsión axial.

Núcleos cuneado y grácil

El núcleo grácil (de Goll) y el núcleo cuneado, ambos situados en el bulbo raquídeo, tienen las mismas funciones pero sirven a diferentes partes del cuerpo. El núcleo grácil recibe información de las neuronas sensoriales situadas en la parte inferior del cuerpo y envía esta información al tálamo. Proporcionan información propioceptiva (posición), cinestésica (movimiento) y epicrítica (tacto fino y temperatura).

El núcleo cuneado tiene la misma función pero recibe datos propioceptivos, cinestésicos y epicríticos de la parte superior del cuerpo antes de enviar estos datos al tálamo.

Lemnisco medial

La función del lemnisco medial, situado en la médula oblonga, está directamente relacionada con los núcleos cuneado y grácil. El lemnisco medial, banda de Reil o cinta de Reil comienza en estos núcleos, se decusa (cruza) en la parte inferior de la médula, y luego asciende para llegar al tálamo. Se trata de una sección importante de la vía del lemnisco medial de la columna dorsal (DCML) que recibe y remite información sobre datos propioceptivos, cinestésicos y epicríticos de la piel y las articulaciones del cuerpo y la cabeza.

Lemnisco medular oblongo
La posición del lemnisco medial

Los daños en el lemnisco medial pueden observarse en casos de sífilis terciaria (infección por Treponema pallidum). Los síntomas son una reducción de la propiocepción y una menor sensibilidad al tacto fino. Los daños en las vías táctiles finas pueden comprobarse mediante una evaluación de discriminación de dos puntos. En esta prueba, en la que se aplican a la piel dos puntos ligeramente afilados colocados uno cerca del otro, se pide a la persona que informe si siente uno o dos puntos. Cuando el lemnisco medial está sano y no está dañado, el sujeto de la prueba sabrá que hay dos puntos separados en contacto con su piel; no es el caso cuando la médula oblonga está dañada.

Tracto espinotalámico

Por último, el tracto espinotalámico recoge y reenvía la información sensorial. El tracto espinotalámico es un grupo de tractos de reacción en cadena que se denominan individualmente tracto espinotalámico anterior y lateral, tracto espinoreticular y tracto espinotectal. No se preocupe, no necesitará conocer todos los nombres.

Los tractos anterior y lateral reciben mensajes crudos de tacto, presión en la piel, dolor y temperatura. El tracto espinoreticular nos alerta de estas sensaciones potencialmente dañinas, y el tracto espinotectal dirige nuestra mirada hacia la fuente de la presión o el dolor. En conjunto, proporcionan una cadena de información que puede salvarnos la vida. El tracto espinotalámico completo es la razón por la que apartamos rápidamente la mano cuando la rozamos con el borde de la puerta de un horno caliente, o nos agachamos cuando algo se precipita hacia nuestra cabeza.

El tracto espinotalámico no decanta en el tronco del encéfalo, sino en la médula espinal. Al igual que el lemnisco medial, el tracto espinotalámico no está completamente contenido en la médula oblonga, pero ésta forma parte del tracto espinotalámico y es crucial para su funcionamiento.

Este es el caso de todas las funciones de la médula oblonga: no es una unidad única de funcionamiento sino un punto central de recogida de datos sensoriales y motores que deben pasar del sistema nervioso central al sistema nervioso periférico y viceversa.

Reflejo cerebral del bulbo raquídeo
No se salva del todo el bulbo raquídeo

Bibliografía

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