Laura Chinchilla, cuyo nombre completo es Laura Chinchilla Miranda, (nacida el 28 de marzo de 1959 en Desamparados, Costa Rica), política costarricense que fue vicepresidenta (2006-08) y presidenta (2010-14) de Costa Rica. Fue la primera mujer elegida para la presidencia de Costa Rica.

Chinchilla, la mayor de cuatro hermanos, nació en un suburbio de la capital costarricense, San José. Su familia, católica y de clase media, tiene un legado de participación en la política nacional: su padre, Rafael Ángel Chinchilla, fue dos veces contralor general del país en las décadas de 1970 y 1980. Chinchilla se licenció en Ciencias Políticas (1981) en la Universidad de Costa Rica y obtuvo un máster en Políticas Públicas (1989) en la Universidad de Georgetown, en Washington, D.C.

De vuelta a Costa Rica, Chinchilla hizo carrera como consultora internacional, especializada en las áreas de reforma judicial y seguridad pública, para organizaciones como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. También se afilió a varios comités y fundaciones internacionales que promovían la seguridad pública y los derechos humanos, y dio conferencias y escribió ampliamente sobre esos temas.

Chinchilla obtuvo su primer cargo público en 1994, cuando se convirtió en viceministra de Seguridad Pública bajo el mandato del presidente José María Figueres Olsen, del Partido Liberación Nacional (PLN). En 1996 fue ascendida a ministra de Seguridad Pública, cargo que ocupó durante dos años. En 2002, como miembro del socialdemócrata PLN, Chinchilla obtuvo un mandato de cuatro años en la Asamblea Legislativa de Costa Rica, donde representó a la provincia de San José. Partiendo de su compromiso con la seguridad pública y la justicia, centró sus esfuerzos legislativos en la lucha contra el crimen organizado, la corrupción pública, la violencia doméstica y los delitos que afectan a los niños. También abogó por acuerdos de libre comercio con varios socios comerciales mundiales y por la liberalización de los componentes de la economía controlados por el Estado.

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Al terminar su mandato en la Asamblea Legislativa, en 2006, Chinchilla pasó a ser vicepresidenta y ministra de Justicia del recién reelegido presidente Óscar Arias Sánchez, también del PLN. Inhabilitada para presentarse a un mandato consecutivo en 2010, Arias apoyó a Chinchilla como su sucesora, y ella renunció en 2008 para concentrarse en su campaña presidencial. Aunque algunos opositores compararon a Chinchilla con una mera marioneta del presidente saliente, atrajo a muchos votantes con sus promesas de aumentar el gasto para la aplicación de la ley y la educación, combatir el tráfico ilícito de drogas y crear puestos de trabajo, especialmente en empresas tecnológicas y respetuosas con el medio ambiente. Su conservadurismo social, en particular sus posiciones contra el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, también tranquilizó a muchos votantes del país, predominantemente católico. El 7 de febrero de 2010, Chinchilla ganó las elecciones presidenciales con el 46,8% de los votos, más de 20 puntos porcentuales por delante del segundo candidato, Ottón Solís Fallas, del Partido Acción Ciudadana (PAC), de centro-izquierda, que había sido el principal contrincante de Arias en 2006.

Poco después de que Chinchilla asumiera el cargo en mayo de 2010, se intensificó una antigua disputa fronteriza con Nicaragua en la zona de la isla Calero. Cuando Nicaragua comenzó a dragar el río San Juan, la administración de Chinchilla reclamó una violación de la soberanía de su país. En octubre de 2010 Nicaragua envió tropas a la región, y Costa Rica respondió movilizando a miembros de su fuerza policial. El gobierno de Chinchilla presentó posteriormente un escrito ante la Corte Internacional de Justicia, que en 2011 ordenó a ambas partes retirar sus fuerzas. Aunque fue ampliamente elogiada por su gestión de la situación, la popularidad de Chinchilla disminuyó por cuestiones internas, especialmente por su incapacidad para instituir una reforma fiscal. Además, su administración se vio empañada por acusaciones de corrupción, que llevaron a varios funcionarios de alto nivel a dimitir. Su mandato terminó en mayo de 2014, y fue sucedida por Luis Guillermo Solís.

Chinchilla participó posteriormente en varias organizaciones, como el Diálogo Interamericano. También fue becaria del Instituto de Política y Servicio Público de la Universidad de Georgetown.

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