«Don’t f*ck with my freedom»
Ese es el mensaje que hay detrás de la canción política de Miley Cyrus, «Mother’s Daughter». La cantante ha lanzado un vídeo musical para acompañar a este himno feminista y es tan épico como se pensaba.
El vídeo, de tres minutos de duración, está repleto de personas subrepresentadas que ocupan el espacio que merecen y son dueñas de sus identidades.
Hay toneladas de mensajes subliminales a lo largo del mismo (las frases inspiradoras aparecen literalmente durante un milisegundo durante el vídeo), pero mi favorito personal viene en forma de moda.
Miley nos sirve múltiples cambios de ropa, pero el look estrella es un catsuit de látex rojo complementado con joyas de plata, botas por encima de la rodilla y una vagina con pinchos. No es broma.
Si decides tomar los pinchos al pie de la letra, parecen un simple guiño a los cuentos populares de la vagina dentada o simplemente otro truco de Miley diseñado para escandalizar. Pero este símbolo en realidad tiene un poderoso mensaje oculto que va con el tema de la canción: este coño devuelve los mordiscos.
Esa frase lleva años salpicando pancartas y camisetas de protesta, como respuesta directa a los comentarios del presidente Trump jactándose de agredir sexualmente a las mujeres.
En el vídeo, que salió a la luz durante las elecciones de 2016, Trump dice:
Saben, me atraen automáticamente las bellas – simplemente empiezo a besarlas. Es como un imán. Sólo beso. Ni siquiera espero. Y cuando eres una estrella, te dejan hacerlo. Puedes hacer cualquier cosa. Agárralas por el coño. Puedes hacer cualquier cosa.
El traje de Miley envía un mensaje muy importante: Mi cuerpo y mis derechos no son tuyos para tocarlos. Atrás, joder.
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