Después de graduarse en la universidad hace un par de años, la diseñadora de joyas Madison McKinley Isner hizo lo que muchos chicos hacen después de llevarse a casa ese título tan duramente ganado: se tomó un tiempo para sí misma.

Ese viaje la llevó de Austin, Texas, al rancho de sus abuelos en Buffalo, Wyoming, enclavado en la base de las montañas Big Horn. Allí, Madison se reencontró con el paisaje y la gente que había llegado a conocer a través de las visitas anuales de verano de su infancia.

Madison McKinley Isner.

«Está muy abierto y puedes hacer todo lo que quieras al aire libre. El ambiente es que si quieres algo, lo haces, o lo creas, o lo cultivas, lo haces tú mismo», explica Madison.

«Es volver a lo básico. Cultivamos todas nuestras verduras y hacemos toda la comida para nuestros animales. Te devuelve a la realidad y a la vida sencilla. Se eliminan todas las demás tonterías.

«Estuve seis meses viviendo allí y conocí a mucha gente increíble y trabajé con muchos artesanos», continúa Madison. «En cierto modo, viví esa vida de vaquera/vaquero, en la que tu trabajo es estar sobre tu caballo todos los días.»

El mini collar Sundance © Madison McKinley

Esa experiencia inmersiva se convirtió en la base de la línea de joyería homónima de la artista, Madison McKinley, que se lanzó en 2017. Fabricada en talleres de Buffalo (Wyoming) y Dallas (Texas), la colección mezcla piedras semipreciosas con delicadas cadenas, monedas y camafeos vintage y cuentas hechas a mano.

Son joyas inspiradas no solo en Buffalo, el lugar, sino también en las personas que lo llaman hogar. Entre ellos: un herrero local, que ayudó a crear la línea de brazaletes hechos a mano de Madison McKinley, y la propia abuela de Madison, que comparte no sólo la afición de su nieta por la creatividad, sino también su trayectoria profesional.

«Tomo mucho de mi abuela, que era artista; tiene un estudio. Voy allí a pintar y a mirar la naturaleza de fuera y a ver qué sale», explica Madison. La pieza favorita de la diseñadora, su collar Mimi Eighteen, se inspira en la pulsera de su abuela, que ha reinterpretado en un estilo más contemporáneo para la línea.

Cortesía de Madison McKinley Isner

Además de diseños vintage como el Mimi Eighteen y colgantes de camafeo únicos, Madison, que también es jinete, ofrece una serie de collares de temática ecuestre, anillos de herradura y brazaletes, así como piezas ligeras para combinar. «Somos conocidos por nuestras magníficas cadenas que combinan bien con lo que ya tienes, o con lo que puedes añadir de la línea», explica.

Todo forma parte de un estilo de diseño que Madison denomina «cowboy chic» por los paisajes, personas y animales que lo inspiran. En su casa de Dallas, Texas, es una sensación que la propia diseñadora conoce un poco. «Es como si fueras una vaquera de corazón, pero esa no puede ser la realidad de tu día a día, así que tienes que llevarte a la ciudad para trabajar», explica.

El anillo de Ford © Madison McKinley

Sometime-cowgirl o no, si te pones uno de los colgantes Ford de oro con cabeza de toro de Madison McKinley o un brazalete occidental martillado, empiezas a sentirte un poco más cerca de ese lejano hogar en la pradera.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.