Dos de los novios de América son, sin duda, Joanna y Chip Gaines. Son padres de éxito, empresarios, cónyuges y los protagonistas del reality de la exitosa serie de HGTV Fixer Upper. Joanna, por su parte, parece una supermujer gestionando un montón de tareas por sí misma.
Así que la pregunta del millón es: ¿por qué tiene éxito? No busques más para saber todo lo que siempre has deseado saber sobre Joanna. Para responder a la pregunta, vamos a adentrarnos en su vida para conocer sus secretos, e incluso revelaremos por qué sus padres despreciaban a Chip.
Su infancia
Joanna Stevens nació el 19 de abril de 1987, en Kansa, Estados Unidos, de unos padres muy religiosos, Jerry, medio libanés y medio alemán, y Nan Stevens, de Corea. De pequeña, la estrella de los realities tuvo unos primeros años difíciles debido a una educación estricta y sobreprotectora y a su inusual aspecto.
Por ello, Joanna decidió mantenerse alejada de sus compañeros en la escuela y buscó refugio en su familia, pasando mucho tiempo con ellos y ayudando a sus padres en su taller mecánico. Sin embargo, las luchas de su infancia desencadenaron una pasión que la joven no sabía que tenía.
Con la experiencia de sus padres, empezó a soñar con tener su propio negocio cuando aún estaba en el colegio, pero su principal obstáculo era el miedo a correr riesgos. Este miedo tampoco desapareció en la universidad, por lo que no tuvo más remedio que ocultar sus sueños infantiles.
El encuentro romántico
La adolescente siguió trabajando con sus padres en la tienda, y fue allí donde el amor llamó a su puerta. Según Married Biography, Chip y Joanna habían asistido a la Universidad de Baylor, pero nunca se habían conocido. Fue cuando el coche de Chip se estropeó y tuvo que ir a la tienda de automóviles del padre de Joanna.
Un joven Chip vio una fotografía de la exótica belleza, y fue amor a primera vista, al menos para él. Desde ese mismo momento, supo que Joanna tenía que ser su esposa. Su amor instantáneo por la chica lo convirtió en una especie de acosador que volvía regularmente a la tienda sólo para vislumbrarla.
Cuando Chip la vio por primera vez, no perdió la oportunidad de invitarla a salir. La personalidad del oriundo de Nuevo México era muy hechizante: extrovertido, amante de la aventura, pero con un corazón amable y cariñoso, una combinación a la que Joanna no pudo resistirse y acabó enamorándose de él.
La oposición
Empezaron a salir y pronto se dieron cuenta de que estaban hechos el uno para el otro. Sin embargo, Jerry y Nan no estaban de acuerdo con eso. No les gustaba el hombre que cortejaba a su querida hija sólo porque era pobre. Sin embargo, era evidente, aunque no para sus padres, que la chica de Kansas era una persona totalmente diferente con Chip a su lado.
Y este cambio fue en sentido positivo. Sacó sus sueños del cajón donde los había guardado durante muchos años y empezó a verlos como algo alcanzable. Chip la animó a hacerlos realidad y creyó infinitamente en su talento.
Dos acontecimientos trascendentales
En 2003, los tortolitos se casaron y también dieron sus primeros pasos en el campo empresarial cuando abrieron Magnolia Market, una tienda minorista. Pero la realidad de este arriesgado mundo les golpeó pronto. La tienda fue mágica, pero no duró mucho.
La difícil situación
Cuando la tienda entró en crisis, Joanna decidió cerrarla. La pareja luchó emocional y financieramente con el fracaso de la nave, pero tuvieron que pasar por eso solos. Ni siquiera pudieron pedir ayuda a los Stevens porque no sabían lo mal que estaba su situación.
Después de casarse, Chip y Joanna decidieron correr un tupido velo sobre las cuestiones de dinero para que los padres de ella pudieran confiar en Chip y aceptarlo en la familia. Aunque a la madre de cinco hijos se le saltaron las lágrimas pensando que era el fin de su sueño, hubo algo que la ayudó a mantenerse firme.
Fuerza divina
Joanna pudo sacar fuerzas de su fe en Dios. Oyó claramente su voz, que le prometía llevar a Magnolia más lejos de lo que ella hubiera podido soñar. Y en un par de años, Dios cumplió su promesa cuando Joanna recibió una llamada inesperada.
Era una empresa productora que quería hacer un vídeo de su negocio familiar. Y ese simple vídeo se convirtió en lo que conocemos como Fixer Upper. El piloto del programa se emitió en mayo de 2013. El reality show sobre diseño y renovación de casas fue un éxito que dio a la pareja popularidad, riqueza y alegría.
La ambición
A pesar de su felicidad y éxito con la serie, ese no era precisamente el sueño de infancia de Joanna. Ella recordaba estar sentada bajo un árbol, fijando su atención en Jesús y confirmando su creencia en la Voz que una vez escuchó. Quizá por eso la pareja anunció la cancelación del programa tras cinco temporadas en septiembre de 2017.
Después, la diseñadora reabrió Magnolia Market, una tienda de decoración y muebles para el hogar situada en Waco, Texas, con la ayuda de su marido, sus fans y Dios. Ahora la pareja disfruta de su vida dirigiendo su negocio y cuidando de sus cinco hijos; por lo tanto, no podrían ser más felices.
Joanna dijo una vez que su amor incondicional por Jesús la mantuvo fuerte a lo largo del rocoso camino que tuvo que recorrer. Ella cree que no hay nada imposible, y que si lo escuchas con atención, hasta tus sueños más descabellados pueden hacerse realidad.
Su encantador y alentador marido y su fuerte fe son los principales ingredientes secretos del éxito de Joanna Gaines. A pesar de las dificultades con sus padres respecto a su relación con Chip, fue capaz de superar eso y mucho más hasta ver cumplida su meta de la infancia. ¿No crees que otros deben conocer su inspiradora historia? ¡Pues no olvides compartirla con ellos!