La falta de pruebas hace que la policía dé por concluida la investigación

La policía dijo la semana pasada que había concluido la investigación sobre las acusaciones de que el director general del Hotel Shilla, Lee Boo-jin, tomó ilegalmente una droga adictiva llamada propofol, debido a la falta de pruebas. La Agencia de Policía Metropolitana de Seúl ha investigado el caso durante todo el año pasado después de que un medio de comunicación local planteara por primera vez la cuestión en marzo de 2019, pero no encontró pruebas de que hubiera violado la ley. La policía confirmó que Lee tomó propofol seis veces en 2016, pero la escasez de registros médicos les llevó a no fichar a la multimillonaria empresaria. La clínica estética de Seúl, a la que se acusa de haber administrado propofol a Lee, alegó que perdió los registros escritos a mano sobre la cantidad de propofol inyectado a la heredera del Grupo Samsung. Por lo tanto, la policía tuvo que depender de los comentarios de los funcionarios de la clínica sobre la cantidad utilizada, lo que no permitió establecer un caso de uso ilegal. Mientras tanto, la policía pidió a la fiscalía que acusara al director de la clínica, de quien se sospecha que no gestionó adecuadamente los registros médicos. «Entregamos el caso a los fiscales, que se ocuparán de él a partir de ahora», dijo a Korea News Plus un oficial de policía que participó en la investigación de un año de duración. Lee, la hija mayor del presidente de Samsung, Lee Kun-hee, ha negado rotundamente las acusaciones de que obtuvo acceso ilegal al propofol, que fue clasificado como droga psicotrópica aquí en 2011. Según algunos informes, Lee dijo a la policía que no sabía si la droga inyectada era propofol porque estaba anestesiada. Pero el oficial de policía se negó a confirmarlas. El hermano mayor de Lee, el vicepresidente de Samsung Electronics, Lee Jae-yong, también está acusado de haber tomado propofol ilegalmente. El oficial de policía anónimo dijo que la fiscalía está a cargo.