Este es Paul Auwaerter con Medscape Infectious Diseases, hablando desde la Escuela de Medicina Johns Hopkins. Acabo de terminar unas semanas en el hospital en el servicio de consulta de enfermedades infecciosas. Con la ajetreada gripe H3N2 de este invierno, estoy seguro de que muchos de ustedes también han visto una serie de hospitalizaciones graves y muertes por esta infección.
Dos casos de neumonía por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) en pacientes que acabaron con respiradores en la unidad de cuidados intensivos provocaron algunas preguntas en nuestro equipo. Por ejemplo, ¿por qué el S. aureus y el SARM en particular parecen tener tanta predilección por causar una neumonía bacteriana secundaria? ¿Cuál es la mejor manera de tratarla? Y la tercera pregunta sería, ¿qué tipo de estrategias de prevención funcionan?
Con respecto a la génesis, la información de modelos murinos y de primates ha sugerido que la gripe como infección viral puede incitar al sistema inmunitario a producir ciertos interferones que podrían tener un impacto negativo en las quimiocinas y otros factores relacionados con el reclutamiento y la función de los neutrófilos. Este puede ser un aspecto.
Hace dos años, un estudio de Reddinger y sus colegas fue bastante interesante. Tomaron una hipótesis diferente. Pensaron que, en el marco de una infección de gripe grave con fiebres muy altas, respuestas de cortisol y estrés, y quizás incluso hipoperfusión, estos factores podrían alterar la biopelícula en las fosas nasales. Alrededor de un tercio de las personas albergan S aureus en las fosas nasales, y la dispersión de la biopelícula en este entorno puede conducir a la aspiración de S aureus en los pulmones, que podrían ser más susceptibles a la infección. Es una hipótesis interesante que ha sido respaldada al menos en sus estudios, y plantea la cuestión de si los antipiréticos pueden tener algún beneficio en esta vía.
La segunda pregunta -¿Cómo tratar mejor la neumonía por SARM?- ha sido debatida durante mucho tiempo, siendo la vancomicina y el linezolid los principales candidatos. Varios meta-análisis no han sugerido ninguna diferencia entre estos dos fármacos, aunque la vancomicina, en muchos de estos estudios, ha sido sub-dosificada. Un estudio realizado en 2012 por Wunderink y sus colegas, en el que se comparaba frente a frente linezolid y vancomicina, encontró que linezolid era el ganador, con un beneficio clínico del 58% frente al 47% a favor de linezolid, con una erradicación microbiológica superior. Sin embargo, a los 60 días, no hubo diferencias en la mortalidad por todas las causas.
Las recomendaciones de la Infectious Diseases Society of America/American Thoracic Society para la neumonía adquirida en el hospital y la asociada a la ventilación mecánica (que son ligeramente diferentes de la neumonía por SARM después de la gripe) dicen que no tienen preferencia entre esos fármacos. Muchas veces, tenemos en cuenta los factores individuales de los pacientes; por ejemplo, la preocupación por la nefrotoxicidad o tal vez la citopenia podrían hacer que uno favorezca la vancomicina sobre el linezolid.
La última área es la prevención. Con esta feroz temporada de gripe, se ha hecho evidente que tenemos que mejorar la prevención. En concreto, las vacunas contra la gripe deben reformularse todos los años, y este año se ha calculado que la eficacia de la vacuna contra la gripe sólo se situaba en un rango medio del 30%, aunque quizá fuera mejor entre la población pediátrica.
Muchas personas, tanto adultos como niños, no se vacunan. Parece haber una necesidad genuina, que considero bastante urgente, de que se hagan más esfuerzos para desarrollar una vacuna universal contra la gripe, una que pueda ser más duradera y que cubra la mayoría de las cepas. Esto no sólo conllevaría menos gripe, hospitalizaciones y muertes, sino que también tendría un enorme impacto económico por el menor absentismo laboral o escolar, además de los beneficios para la salud individual.
Tuve el honor de que el senador Edward Markey, de Massachusetts, me pidiera que hablara sobre la legislación que presentó la semana pasada pidiendo una inversión de mil millones de dólares en ciencia y desarrollo para la producción de una vacuna universal contra la gripe. Sin duda, es correcto impulsar esto a un ritmo más rápido de lo que han asignado nuestras agencias actuales.
Muchas gracias por escuchar.