La cirugía micrográfica de Mohs es un tratamiento seguro y eficaz para el cáncer de piel que extirpa completamente el tumor y sólo altera ligeramente el tejido circundante. Es el único tratamiento disponible para el cáncer de piel que se centra únicamente en el tejido canceroso mediante un examen microscópico exhaustivo de la zona afectada.

Diseñada por el doctor Frederic E. Mohs en la década de 1930, la cirugía de Mohs extirpa no sólo el tumor visible, sino también cualquier «raíz» que pueda haberse extendido bajo la superficie de la piel. Se han demostrado tasas de curación a cinco años de hasta el 99 por ciento para los cánceres de primer tratamiento y del 95 por ciento para los cánceres recurrentes.

Este procedimiento se utiliza con mayor frecuencia para el tratamiento de los carcinomas de células basales y escamosas, los dos tipos más comunes de cáncer de piel, aunque también puede utilizarse para tratar el melanoma y otros tipos de cáncer. La cirugía de Mohs suele recomendarse para el cáncer recurrente porque sus resultados son muy completos. También es ideal para tratar el cáncer en zonas estética y funcionalmente prominentes como la nariz, los párpados, los labios, la línea del cabello, las manos, los pies y los genitales.

Procedimiento de la cirugía de Mohs

La cirugía de Mohs se realiza de forma ambulatoria en la consulta de su médico. Puede ser realizada por un equipo de especialistas altamente capacitados que se centran cada uno en diferentes partes del tratamiento, o un experimentado cirujano de Mohs bien equipado para realizar todo el procedimiento. Durante el procedimiento de cirugía de Mohs, la zona afectada se adormece con un anestésico local. Se extraen pequeñas capas de piel y, a continuación, se examina detenidamente la zona para ver si el cáncer se ha erradicado por completo. Este proceso reduce significativamente el daño a los tejidos circundantes a la vez que elimina eficazmente todo rastro de cáncer.

La mayoría de los procedimientos de Mohs pueden realizarse en tres o menos etapas, lo que suele llevar menos de cuatro horas. Algunos casos pueden llevar más tiempo, ya que no hay forma de predecir el alcance del crecimiento del cáncer antes de que comience el tratamiento. Los pacientes deben organizar que alguien les lleve a casa después de la cirugía.

Recuperación y resultados de la cirugía de Mohs

Después de la cirugía de Mohs, los pacientes pueden experimentar una leve molestia, hematomas e hinchazón alrededor de la zona tratada. Los pacientes disponen de analgésicos recetados si los necesitan, aunque la mayoría sólo necesitan Tylenol para aliviar el dolor.

Habrá cicatrices después de la cirugía de Mohs una vez que la zona esté curada, aunque las cicatrices de este procedimiento suelen ser más pequeñas que las de otros procedimientos de escisión. Para los pacientes preocupados por el aspecto de su piel después del tratamiento, existen procedimientos reconstructivos para reducir o incluso eliminar el aspecto de la cicatriz mediante colgajos de piel, injertos de piel, inyecciones de colágeno y otros. Estos procedimientos pueden realizarse al mismo tiempo que la cirugía de Mohs o en una fecha posterior. Su cirujano también puede utilizar ciertas técnicas para reducir las cicatrices visuales, incluyendo la colocación de puntos de sutura en las hendiduras naturales de la piel o en zonas no visibles.

En comparación con otros tratamientos del cáncer de piel, la cirugía de Mohs tiene una tasa de éxito muy alta. Los carcinomas de células basales tienen una tasa de curación del 97-99 por ciento, mientras que los carcinomas de células escamosas se curan el 94 por ciento de las veces.

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