Introducción
La búsqueda de una respuesta también está revelando detalles importantes sobre nuestro propio lugar en el universo: de dónde venimos, cómo surgió la vida y, quizás, hacia dónde nos dirigimos.
Los próximos años y décadas nos acercarán cada vez más a lo último en autorreflexión: una imagen especular de nuestro propio planeta Tierra. Un mundo pequeño y rocoso con nubes, océanos y una atmósfera con signos de posible vida. Podría tratarse de una combinación de gases -oxígeno, dióxido de carbono y metano- que, vistos por sí mismos, no nos dicen gran cosa, pero que juntos dicen mucho.
Un mundo así podría estar a cientos de años luz de distancia, quizás para siempre fuera de nuestro alcance. Pero las pruebas moleculares que leemos en su atmósfera, utilizando una tecnología cada vez más aguda, podrían darnos la respuesta que hemos esperado desde los albores de la humanidad: No, no estamos solos.
La búsqueda de vida de la NASA
La búsqueda de vida de la NASA
El objetivo final del Programa de Exoplanetas de la NASA es encontrar signos inequívocos de vida actual.
Los propios cielos de los exoplanetas podrían albergar esas señales, a la espera de ser reveladas por el análisis detallado de las atmósferas de planetas mucho más allá de nuestro sistema solar.
Cuando analizamos la luz disparada por una estrella a través de la atmósfera de un planeta lejano, una técnica conocida como espectroscopia de transmisión, el efecto parece un código de barras. Los trozos que faltan en el espectro de luz nos indican qué ingredientes están presentes en la atmósfera alienígena. Un patrón de huecos negros podría indicar metano, otro, oxígeno. Verlos juntos podría ser un fuerte argumento para la presencia de vida. O podríamos leer un código de barras que muestre la combustión de hidrocarburos; en otras palabras, smog.
Encontrar otra canica azul y blanca
Encontrar otra canica azul y blanca
Para que un mundo tenga vida como la conocemos, entendemos que necesitaría agua líquida en la superficie, sin embargo, podría no parecerse en nada a la Tierra.
El planeta existiría muy probablemente en la «zona habitable» de la estrella que orbita, donde no está ni demasiado cerca ni demasiado lejos de su estrella. También llamada zona de Goldilock, es el área alrededor de una estrella en la que podría existir agua líquida en los planetas a lo largo de escalas de tiempo geológicas y donde su atmósfera podría contener el equilibrio adecuado de gases que podrían sustentar la vida.
Socios en la búsqueda de vida
Socios en la búsqueda de vida
Los científicos de la NASA que buscan vida más allá de la Tierra forman una amplia coalición: los que investigan nuestro sistema solar, formas de vida antiguas o extremas en la Tierra, e incluso nuestro Sol. Podrían encontrarse indicios de vida en Marte, en la luna Europa de Júpiter o en la luna Encélado de Saturno, y las posibles misiones futuras están en fase conceptual o de planificación. Una mejor comprensión de la vida terrestre primitiva, o incluso de los «extremófilos» vivientes, podría informar nuestros intentos de detectar vida más allá de nuestro planeta. Y para conocer realmente los exoplanetas lejanos es necesario conocer las estrellas que orbitan; un mayor conocimiento de nuestro Sol nos ayudará a conocer otras estrellas.