Cierres de restaurantes

Fotografía de Anthony Tieuli para «Restaurant Review: The Kirkland Tap & Trotter»

En sus 17 años como propietario de restaurantes, el chef Tony Maws hizo hoy algo que nunca había tenido que hacer: Tuvo que decirle a su personal que las puertas se cerraban para siempre. Kirkland Tap & Trotter, su asador del barrio de Somerville, cerrará definitivamente después de su servicio el sábado 20 de julio, a dos meses de su sexto aniversario.

«No puedo imaginar ninguna circunstancia en la que se dé esa noticia a un grupo, pero es especialmente duro con este grupo, sabiendo que se preocupan tanto por ese lugar», dice Maws, señalando que el equipo se ha «unido» en torno a su actual directora general, Jessica Gooch, que lleva más de un año en el cargo. «Nuestro personal la considera, al igual que yo, una gran líder. … Cuando llegó, supe que iba a tener que pasar mucho más tiempo en Craigie on Main, y tuve que confiar ese lugar a alguien, y tuvimos mucha suerte».

Maws declina entrar en los detalles que llevaron a la decisión de cerrar Kirkland. «No abres un restaurante con la esperanza de que lo vayas a cerrar, pero todo lo relacionado con esta loca industria está en cambio ahora mismo, y ahí es donde está», dice Maws. «Es un reto muy, muy grande. He tenido la suerte de hacer lo que hago y lidiar con esos retos en el camino, y nosotros fuimos menos afortunados»

Dice que el cierre no tiene absolutamente nada que ver con Craigie Burger, el nuevo concepto que abrió a principios de este mes en Time Out Market con sus socios Michal Leviton y Nick Zappia; tampoco tiene nada que ver con Craigie on Main, su restaurante centrado en el menú de degustación en Cambridge que acabamos de coronar como «Mejor de Boston» para la Excelencia General.

Kirkland Tap & Trotter debutó en septiembre de 2013, como un bar familiar, informal y de barrio entre las plazas Union de Somerville y Harvard de Cambridge, cerca de otros favoritos locales como Bergamot y Dalí. Es una zona que Maws, natural de Newton, conoce bien: De niño, una familia de Somerville lo cuidaba regularmente mientras sus padres trabajaban. «Me alegro de haber podido contribuir a todo lo que ocurre en Somerville, y en esa parte del barrio en particular», dice.

A diferencia de Craigie y de su predecesor de primera generación, Craigie Street Bistrot, Kirkland nunca pretendió ser un restaurante de alta cocina. Siempre se centró en el vecindario: servía a los niños de forma gratuita los días laborables por la noche, abría durante las tormentas de nieve y organizaba varias actividades de recaudación de fondos de No Kid Hungry a lo largo de los años. Sin embargo, siempre mostró la filosofía de Maws, ganador del premio James Beard, con salchichas hechas en casa y una serie de perritos calientes los lunes por la noche, así como platos más rústicos asados con fuego de leña. El programa de bar de Kirkland era conocido por su gran selección de cervezas artesanales y vinos por copas, así como por sus estupendos cócteles.

«Hay mucha gente que le ha cogido cariño a este restaurante», reconoce Maws. «No quiero hacerlo más grande de lo que es; no estamos hablando de la muerte, sino de un restaurante. Pero la gente se emociona con los lugares en los que ha pasado mucho tiempo y donde ha creado recuerdos, y tenemos la suerte de contar con mucha gente. Si quisieran venir y compartir un recuerdo o hacer uno último, me encantaría, y eso es lo que podemos hacer esta noche y mañana».

En Kirkland Tap & Trotter todo seguirá igual hasta la 1 de la madrugada del sábado (la cocina cierra a las 22:30), y la cerveza estará fría.

425 Washington St, Somerville, 857-259-6585, kirklandtapandtrotter.com.