El kenaf (Hibiscus cannabinus) es un cultivo anual en hilera de estación cálida de la misma familia de plantas que el quimbombó y el algodón (Malvaceae). Las plantas de kenaf son capaces de alcanzar una altura de 20 pies en condiciones favorables; sin embargo, su altura suele ser de 8 a 14 pies en una temporada de crecimiento de 4 a 5 meses. Los tallos constan de dos tipos de fibra: una exterior (líber) y una interior (núcleo). El líber es comparable a las fibras de los árboles de madera blanda, mientras que el núcleo es comparable a las fibras de madera dura. Después de la cosecha, la planta se procesa para separar estas fibras para diversos productos.
Comercialización
La mayor parte del kenaf del mundo se produce en India y China. La demanda interna de kenaf es actualmente limitada. Las primeras predicciones de que el kenaf sustituiría a los árboles para la fabricación de papel no se han cumplido. En cambio, el kenaf se ha convertido en un cultivo de nicho utilizado en la fabricación de productos especiales que se promocionan como un producto «ecológico» y «sin árboles». Como los tallos cosechados son demasiado voluminosos para enviarlos a cualquier distancia, la producción de kenaf debe situarse necesariamente cerca de una planta de procesamiento. En este momento, las únicas plantas de procesamiento comerciales conocidas en Estados Unidos se encuentran en Georgia, Mississippi, Carolina del Norte y Texas. Toda la superficie se cultiva por contrato para estas empresas. A pesar de la aparente promesa de este cultivo como una fuente de fibra, la falta de cualquier planta de procesamiento cercana hace que el kenaf sea un cultivo alternativo incierto para Kentucky.
Producción
El kenaf se adapta bien a una amplia gama de tipos de suelo; sin embargo, los mejores rendimientos se producen en sitios fértiles bien drenados. Aunque es necesaria una humedad abundante en el suelo, los suelos anegados o mal drenados son un perjuicio para el crecimiento. La sensibilidad del kenaf a las heladas es una consideración importante a la hora de seleccionar un lugar adecuado. Las semillas se siembran a voleo o con un taladro cuando ya ha pasado el peligro de las heladas. Es importante plantar en un lecho de siembra fino y bien preparado para proporcionar un buen contacto entre la semilla y el suelo para la germinación. Este cultivo se realiza en rodales densos para limitar la ramificación y promover el desarrollo de fibras largas en el tallo principal.