Es un mundo extraño en el que Jason Mraz se convierte en blanco de las burlas de la crítica. Es cierto que «I’m Yours» se convirtió en el gusano de 2008 y siguió la trayectoria de éxito veraniego hasta convertirse en un single muy reproducido, pero es su positividad, expuesta con toda su fuerza en su último Look for the Good, la que parece dar lugar a comentarios sarcásticos sobre sus vibraciones de cantautor del sur de California inyectadas por el sol. Nadie podría haber predicho el estado actual del mundo, y mucho menos Mraz cuando estaba grabando este álbum, y Look for the Good ofrece un escapismo de buen rollo que parece casi surrealista en 2020.
Inmerso en el reggae y en las vibraciones de backbeat, Look se siente como un álbum de vuelta para Mraz. Aunque mantiene la producción de estudio de alta gama, renuncia al brillo de su último disco Know por una vibración más terrenal y orientada al groove. El título principal es un microcosmos del álbum en su conjunto: temas de reggae con mucho groove, construidos con una producción de estudio de alta calidad y afirmaciones positivas. Los tropos líricos de Mraz están en plena vigencia en «Look for the Good» («Busca lo bueno en todo / Busca a la gente que liberará tu alma»), palabras inofensivas y encantadoras que, sin duda, harán que los oyentes cínicos se encrespen.
Ya sea una canción sobre perder el día como («Good Old Daze») o un llamamiento genérico a la paz y la bondad («Make Love»), Mraz no se extiende demasiado líricamente. Aparte de «Time Out», su oda a su hierba medicinal favorita, el álbum es más bien familiar. Eso no es malo, necesariamente, pero se siente como una decepción en la estela de la exageración lírica de sus primeros discos. No es de extrañar que un álbum aparentemente titulado con una cita del Sr. Rogers muy difundida esté cargado de temas como el amor, la bondad y la unidad. No obstante, el ingenio y el juego de palabras de sus primeros discos, como Waiting for My Rocket to Come y Mr. A-Z, definieron a Mraz como un hábil compositor, un rasgo que haría que Look se sintiera aún más completo. Es cierto que el hombre es sincero, y no se le puede acusar de improvisar sus letras aquí, pero si miramos hacia atrás para ver lo bien que sabe escribir, el texto de todo el disco carece de mordiente y carácter.