Las infecciones micóticas, o por hongos, de las uñas son muy comunes. Aunque pueden producirse en las uñas de las manos, es más frecuente encontrarlas en las de los pies, porque los hongos crecen más fácilmente en zonas cálidas, oscuras y húmedas, como los zapatos cerrados. Las uñas infectadas aparecen descoloridas, gruesas y quebradizas, y a veces pueden ser dolorosas. Las infecciones micóticas de las uñas aparecen con mayor frecuencia en los adultos.
Factores de riesgo para las infecciones micóticas de las uñas
Los factores de riesgo para desarrollar infecciones micóticas de las uñas de los pies incluyen:
- Tener pie de atleta
- Compartir calcetines, zapatos u otros objetos personales
- Caminar descalzo en piscinas públicas, gimnasios o duchas
- Tener tendencia a sudar en exceso
- Hacerse la manicura o la pedicura
- Tener las uñas deformadas o enfermas
- Usar calzado cerrado
- Tener el sistema inmunitario dañado
Es imposible evitar el contacto con los organismos fúngicos, ya que se encuentran en casi todas partes. Mantener los pies limpios y secos, usar calcetines limpios y zapatos bien ajustados, y ocuparse rápidamente de cualquier lesión puede reducir el riesgo de desarrollar una infección micótica de las uñas.
Síntomas de las infecciones micóticas de las uñas
Las uñas infectadas por hongos tienen una forma y textura anormales. Pueden ser frágiles o quebradizas y puede haber restos atrapados bajo ellas. Las uñas micóticas carecen de brillo, son gruesas y están descoloridas, y suelen tener un aspecto amarillo o marrón. Pueden separarse del lecho ungueal, aflojándose o levantándose de su posición normal.
Diagnóstico de las infecciones micóticas de las uñas
Aunque la observación suele ser suficiente para proporcionar un diagnóstico de infección micótica de las uñas, la confirmación puede hacerse obteniendo un cultivo de laboratorio de raspados de uñas. Los resultados de dicho cultivo pueden tardar unas semanas en ser comunicados.
Tratamiento de las infecciones micóticas de las uñas
Las infecciones micóticas de las uñas son notoriamente resistentes al tratamiento. Es probable que las pomadas de venta libre sean ineficaces para combatir el hongo, aunque las pomadas de prescripción pueden promover la curación y evitar que la infección se extienda. Hay una serie de medicamentos orales que pueden administrarse para tratar las infecciones por hongos en las uñas, pero deben tomarse durante dos o tres meses. Los medicamentos orales también pueden tener efectos secundarios graves, como posibles daños en el hígado, por lo que los pacientes que los toman deben someterse a pruebas periódicas.
Los tratamientos con láser suelen tener éxito en el tratamiento de las infecciones micóticas de las uñas y no tienen efectos secundarios perjudiciales. Si ninguno de estos remedios es eficaz para eliminar una infección micótica, será necesario extirpar parte o la totalidad de las uñas afectadas. Por desgracia, incluso con tratamiento, las infecciones micóticas de las uñas tienen tendencia a reaparecer, por lo que se aconseja a los pacientes que sean concienzudos en sus esfuerzos por evitar la reaparición del problema.