El alivio del dolor torácico no cardíaco puede ser difícil de conseguir. A menudo se realiza una evaluación completa para descartar fuentes cardíacas de dolor torácico, pero si no se encuentra ninguna, puede faltar la consideración de causas no cardíacas.
El dolor torácico no cardíaco se refiere al dolor torácico secundario a causas musculoesqueléticas o inflamatorias. El dolor puede ser secundario a una distensión muscular en la propia pared torácica o en la espalda. Puede ser secundario a un esguince de ligamentos en el cuello, la parte media de la espalda, el hombro o la propia pared torácica. Puede deberse a un atrapamiento nervioso, a una irritación o a fuentes vasculares no cardíacas (como el síndrome de la salida torácica).
Los síntomas y hallazgos comunes del dolor en la pared torácica incluyen un dolor que aumenta con el movimiento del pecho o de la columna vertebral superior (torácica). El dolor suele empeorar al respirar profundamente, estornudar o toser. Puede haber una región de sensibilidad en la pared torácica o en un grupo muscular. El dolor en la pared torácica NO DEBE asociarse con dificultad para respirar, sudoración, náuseas o fiebre.
La evaluación puede incluir una radiografía de tórax si se sospecha una fractura de costilla o un neumotórax. El electrocardiograma (ECG) puede realizarse en pacientes con antecedentes cardíacos o en aquellos con factores de riesgo significativos para el desarrollo de enfermedades cardíacas (fumador, diabético, obesidad, colesterol alto, hipertensión). Las fuentes neuro-musculoesqueléticas del dolor de la pared torácica se evalúan con diferentes pruebas, como EMG/NCV, ecografía musculoesquelética y estudios de respuesta cutánea simpática (termografía).
En un principio, las lesiones de la pared torácica y las distensiones musculares se tratan con calor, medicamentos antiinflamatorios (como el ibuprofeno), relajantes musculares, estiramientos y fisioterapia. En los casos más graves o crónicos puede ser necesaria una inyección local o un bloqueo nervioso. Cuando las lesiones de la columna vertebral son el origen del dolor de la pared torácica, deben tratarse por separado. La reducción de peso también puede disminuir el dolor de la pared torácica en los pacientes obesos.
En Piedmont Physical Medicine & Rehabilitación, PA nos especializamos en el diagnóstico del dolor complejo y crónico, la medicina física & rehabilitación y la medicina vascular periférica. Como resultado de la experiencia a través de estas disciplinas disfrutamos del desafío asociado con el diagnóstico y el tratamiento del dolor de la pared torácica no cardiaca. También creemos que los resultados mejoran cuando se trata la causa subyacente del dolor en lugar de recurrir simplemente al tratamiento de los síntomas.
Dolor Somatovisceral