La explosión del 4 de agosto hizo que una situación frágil se volviera aún más frágil. Visité el Líbano apenas cuatro días después de la explosión: vi la devastación con mis propios ojos. Y hablé con la gente de Beirut.
El Líbano ya se enfrentaba a muchos retos. En particular, una profunda crisis económica y política, agravada por el COVID-19. Tras la explosión, la Unión Europea intensificó su apoyo inmediato al Líbano para atender las necesidades humanitarias más urgentes. En total, movilizamos más de 70 millones de euros para las necesidades de emergencia inmediatas. Y seguiremos desempeñando un papel activo en la prestación de asistencia al pueblo libanés.
Actualmente estamos adaptando nuestros programas de asistencia para centrarnos en la recuperación económica y social. Para mejorar la gobernanza, apoyar a la sociedad civil, reactivar la economía local y nacional y restablecer los servicios esenciales. Y estamos adaptando las actividades de nuestro Fondo Fiduciario para la crisis siria. Queremos mejorar nuestro apoyo a los refugiados sirios para atender mejor las necesidades económicas, sociales y médicas. Esto supone un total de casi 100 millones de euros de financiación adicional. Y esto se suma a los al menos 69 millones de euros de ayuda humanitaria prometidos hasta ahora por los Estados miembros de la UE. Y hemos llevado a cabo -con la ONU y el Banco Mundial- una «Evaluación Rápida de Daños y Necesidades» para definir las necesidades de reconstrucción más acuciantes.
Me complace anunciar hoy que con esos socios hemos establecido un «Marco de Reforma, Recuperación y Reconstrucción» para poner en marcha los resultados. Pero ahora debemos mirar decididamente al futuro. Es hora de que los líderes del país se unan y tomen las decisiones necesarias para cambiar el rumbo. Sólo así el Líbano podrá hacer frente a estos retos. Será un proceso difícil. Pero hay que formar un gobierno transparente y responsable para llevar a cabo las reformas necesarias. Y las negociaciones con el FMI deben reanudarse lo antes posible.
El compromiso de la sociedad civil -especialmente de las mujeres y los jóvenes- será clave para ganar la confianza del pueblo libanés. La Unión Europea seguirá apoyando una recuperación centrada en las personas. Pero más allá de este apoyo de emergencia, la ayuda necesaria para la reconstrucción dependerá de los avances concretos en las reformas.
Estamos comprometidos con la unidad, la soberanía, la estabilidad, la independencia y la integridad territorial del Líbano. También subrayamos la importancia de seguir respetando la Declaración de Baabda sobre la política de desvinculación de todos los conflictos regionales.
Señor Presidente, señor Secretario General, el Líbano es un amigo y un socio clave y de larga data de la Unión Europea. El pueblo libanés puede contar con nosotros. Gracias.