La litosfera oceánica se compone principalmente de corteza máfica (rica en magnesio y hierro) y manto ultramáfico (más del 90% máfico) y es más densa que la litosfera continental. Se engrosa a medida que envejece y se aleja de la dorsal oceánica. Este engrosamiento se produce por enfriamiento conductivo, que convierte la astenosfera caliente en manto litosférico. Durante decenas de millones de años fue menos denso que la astenosfera, pero después se vuelve cada vez más denso. La inestabilidad gravitacional de la litosfera oceánica madura hace que, cuando las placas tectónicas se juntan, la litosfera oceánica se hunda invariablemente bajo la litosfera dominante. En las dorsales oceánicas se produce constantemente nueva litosfera oceánica y se recicla hacia el manto en las zonas de subducción, por lo que la litosfera oceánica es mucho más joven que su homóloga continental. La litosfera oceánica más antigua tiene unos 170 millones de años, en comparación con partes de la litosfera continental que tienen miles de millones de años.

La litosfera continental también se llama corteza continental. Es la capa de roca ígnea y sedimentaria que forma los continentes y las plataformas continentales. Esta capa está formada principalmente por roca granítica. La corteza continental también es menos densa que la corteza oceánica, aunque es considerablemente más gruesa (de 25 a 70 km frente a 7-10 km). Aproximadamente el 40% de la superficie de la Tierra está cubierta por corteza continental, pero la corteza continental constituye aproximadamente el 70% del volumen de la corteza terrestre. La mayoría de los científicos creen que originalmente no había corteza continental en la Tierra, sino que la corteza continental acabó derivando de la diferenciación fraccionada de la corteza oceánica a lo largo de los eones. Este proceso fue principalmente el resultado del vulcanismo y la subducción.

Puede que no caminemos directamente por la litosfera, pero ésta da forma a todas las características topográficas que vemos. El movimiento de las placas tectónicas ha presentado muchas formas diferentes para nuestro planeta a lo largo de los eones y seguirá cambiando nuestra geografía hasta que nuestro planeta deje de existir.

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