Cera microcristalina, cualquier material plástico derivado del petróleo que se diferencia de las ceras de parafina por tener cristales mucho más finos y menos definidos y un punto de fusión y una viscosidad mayores. Las ceras microcristalinas se utilizan principalmente en productos de papel laminado, en revestimientos y recubrimientos, y en adhesivos, composiciones de sellado y varios tipos de abrillantadores.
A diferencia de las parafinas, las ceras microcristalinas pueden variar mucho en su carácter dependiendo de la fuente de petróleo crudo y del método y grado de refinamiento. Algunas son dúctiles, como la cera de abeja; otras son duras y quebradizas; y otras se desmoronan fácilmente durante la manipulación. El punto de fusión es más alto que el de la parafina, y los grados comerciales oscilan entre 63° y 93° C (145° y 200° F). El color de las ceras microcristalinas va del blanco cremoso al marrón oscuro. La decoloración es difícil, y el olor y el sabor de estas ceras pueden ser indeseables en algunas aplicaciones.
Las ceras microcristalinas pueden fabricarse a partir de los residuos del petróleo crudo mediante el refinado; o pueden fabricarse a partir de la vaselina eliminando el aceite con un disolvente. Sus propiedades físicas pueden ser controladas por la temperatura de los disolventes. Los métodos de separación incluyen la dilución del disolvente, el enfriamiento, la centrifugación, el filtrado y varias combinaciones de éstos.
Químicamente, las ceras microcristalinas están formadas por hidrocarburos alifáticos saturados.