Minimizar tu vida es elegir vivir por diseño, no por defecto. Tú decides dónde asignar tu tiempo, tu enfoque y tus esfuerzos.
Leí el Esencialismo hace meses. Pero una cita del libro se quedó en mi mente:
«No puedes sobrestimar la falta de importancia de prácticamente todo»- John Maxwell
Pasaron los días y seguí reflexionando sobre esta sencilla frase.
Al principio, pensé en las posesiones, como la ropa o los muebles. Y luego me di cuenta de que también se aplica al trabajo y a la productividad. Volver a ella una y otra vez me hizo cuestionar casi todos los ámbitos de la vida.
La «falta de importancia de prácticamente todo» puede verse tanto en nuestra vida personal – posesiones, compromisos, relaciones- como en la profesional -tareas pendientes, proyectos, carreras-.
Desde muy pronto se nos ha hecho creer en la proporción 1:1. Pero la vida no es lineal. Pero la vida no es lineal. Está sesgada. Muy sesgada.
Vilfredo Pareto fue el primero en tropezar con esta no linealidad cuando observó a los peápodos en su jardín. Y luego siguió viendo el mismo patrón en todas partes. Nació la regla del 80/20:
Casi todo es inútil y muy pocas cosas son excepcionalmente valiosas. Menos es más.
Para minimizar tu vida necesitarás un nuevo guión: todo es irrelevante excepto unas pocas cosas.
Tabla de contenidos
Por qué debes minimizar tu vida
«El secreto de la felicidad, como ves, no se encuentra en buscar más, sino en desarrollar la capacidad de disfrutar menos.» – Sócrates
Para hacer un cambio permanente de paradigma y rescribir efectivamente nuestra vida, debemos empezar por el principio. Debemos empezar por el por qué.
Esto es lo que te aportará minimizar tu vida:
- Más eficiente: un espacio y una agenda más limpios te dan una sensación de tranquilidad. Por fin tienes tiempo suficiente para hacer lo verdaderamente importante
- Más tiempo: poseer y hacer cosas conlleva altos costes. Las cosas tienen costes de mantenimiento: cuidarlas, trasladarlas, almacenarlas. Hacer menos libera tu tiempo para centrarte en lo esencial
- Menos estrés: se acabaron las agendas sobrecargadas, el ir de un lado a otro, el ir siempre con prisas. También elimina las distracciones visuales y el estrés mental
- Mejor salud: tener y hacer menos calma tu mente y aporta claridad, además de mejorar tu memoria ya que tu cerebro carga con menos
- Libertad: las cosas ya no te pertenecen, sólo te pertenecen las cosas que amas. Y al diseñar tu vida, vives según tus propias prioridades y no según la agenda de otros
El 1% lo sabe muy bien: el secreto de la genialidad no es la complejidad, es la simplicidad.
Cómo minimizar tu vida
«No es el aumento diario sino la disminución diaria. Corta lo que no es esencial». – Bruce Lee
Para minimizar tu vida, debes cambiar tu mentalidad para aceptar menos.
Para simplificar piensa qué puedes eliminar antes de preguntar qué debes añadir. Sólo cuando te centras sistemáticamente en unas pocas cosas te das cuenta de lo que te falta.
Este es el plan de tres pasos para minimizar tu vida:
- Decide lo que no es importante
- Conoce lo que es importante
- Cuestiona todo, constantemente
Primero, abarcaremos las bajas prioridades de tu vida. Puede que descubras que te estás centrando en las prioridades equivocadas y que estás desordenando tu cerebro y perdiendo el tiempo.
Después, pasaremos a lo que es realmente importante para ti. Estas son las cosas que amas, que te traen alegría.
Por último, adoptaremos una nueva mentalidad de simplificación, cuestionándonos constantemente si estamos asignando nuestro tiempo, atención y dinero, sabiamente.
La importancia es relativa, así que tú eres el mejor juez del plan para minimizar tu vida. Lo que es importante para mí puede ser irrelevante para ti, y viceversa.
Toma tus propias decisiones.
Sólo tú conoces el guión que necesitas.
Paso 1: Decide lo que no es importante
«Decidir lo que no hay que hacer es tan importante como decidir lo que hay que hacer.»- Steve Jobs
Como primer paso, vamos a decidir sobre el 99% de las cosas que no importan. En lugar de intentar centrarnos en todo, dejaremos conscientemente muchas partes de nuestra vida en blanco.
Este es el ejercicio:
Haz una lista de cosas que consideres poco prioritarias. En qué estás dispuesto a fracasar que no supondría una gran diferencia para ti?
Aquí tienes algunas de las cosas de mi lista:
- Seguir las noticias
- Política (más allá de los temas básicos)
- Ver la televisión
- Estar a la moda (más allá de lo básico)
- Lo que hacen los demás
- Juegos de todo tipo
Antes de juzgarme, dejemos claro que no sueño con vivir en una cueva vistiendo una toga. Simplemente decido conscientemente no centrarme en estos ámbitos y en su lugar dirigir mi atención a lo que es verdaderamente importante para mí.
Estoy feliz de no estar a la moda siempre que consiga ayudar a la gente a ser más productiva. Porque esto último es más importante para mí que lo primero.
Prepara tu propia lista.
Hazla tan larga como puedas.
Esto es esencial para discernir los «muchos triviales» de los «pocos esenciales».
Paso 2: Saber lo que es importante
«Todo lo que no sea un compromiso consciente con lo importante es un compromiso inconsciente con lo no importante». – Stephen Covey
Minimizar tu vida no consiste sólo en eliminar lo que no es importante. También se trata de hacer más espacio para lo que amas.
Ahora haz una lista de todo lo que amas.
Empieza por lo que tienes -ropa, aparatos, colecciones, etc.- y luego pasa a las actividades y relaciones.
Aquí tienes un fragmento de la mía como ejemplo:
- MacBook Pro (todo en un Mac simplemente «funciona»)
- Mi guitarra (nunca me falla)
- Zapatillas Asics azules (en serio, son ridículamente cómodas)
- Auriculares Bose (una bendición para trabajar)
- Dormir bien cada día (compré una cama nueva el año pasado, la mejor inversión de la historia)
- Cuidar mi cuerpo y mi peso (lo que me llevó a un interesante experimento)
- Leer libros sobre temas que me fascinan
- Ver conciertos, teatro y espectáculos (incluso cuando no son tan buenos me divierto)
- Conseguir comida/cena con amigos (trabajo desde una oficina en casa y es una gran manera de conseguir algo de interacción social con gente con la que disfruto estar)
Para ti, esto podría significar esos impresionantes leggings que son súper cómodos, jugar al baloncesto con amigos o pasar tiempo con tu pareja.
Escribe todo lo que te da alegría en la vida.
Tal vez has estado descuidando algunas de esas cosas. Esta lista las devolverá a tus principales prioridades.
Del libro Deep Work de Cal Newport: «La claridad sobre lo que importa proporciona claridad sobre lo que no importa».
Paso 3: Cuestiona todo, constantemente
«Lo importante es no dejar de cuestionar. La curiosidad tiene su propia razón de ser». – Albert Einstein
Una vez que comprendemos la no linealidad de la vida, los nuevos comportamientos se vuelven instintivos. Nuestro cerebro escanea constantemente nuestro entorno para determinar lo que es realmente esencial y eliminar todo lo demás.
Y ese es el último paso para minimizar tu vida: cuestionar constantemente el valor de tus acciones, compromisos, relaciones, hábitos, cosas.
¿Realmente necesito usar champú? ¿Por qué?
¿Más ropa me da más felicidad? ¿Y si sólo conservo las que me gustan y dono todo lo demás?
¿Es realmente necesario el correo electrónico? En caso afirmativo: ¿puedo ocuparme sólo del 1% de lo verdaderamente importante en el correo electrónico?
¿Siquiera me gusta el café o estoy bebiendo por costumbre?
¿Por qué voy al gimnasio si no me gusta? ¿Puedo encontrar una actividad que me guste y que además me mantenga en forma?
¿Utilizo la tecnología para mejorar mi trabajo? ¿O la tecnología me domina? ¿Debería simplificar mi vida online?
¿Me estoy centrando en los proyectos adecuados en el trabajo? ¿O estoy dejando que otras personas dicten mis prioridades?
¿Por qué no puedo hacer nada por la mañana? Necesito programar un tiempo de trabajo profundo y bloquear a la gente y las distracciones antes de pasar a cualquier otra cosa.
¿Si borro Facebook a alguien le importará/se dará cuenta? ¿Siquiera me gusta Facebook?
Cuestionando constantemente las suposiciones, encontrarás nuevas respuestas en tu vida. Y eso, en última instancia, conduce a una vida mejor y más feliz.
Una vida diseñada por ti, para ti.