Nos enamoramos, nos casamos, tenemos hijos y formamos una familia. A lo largo de los años, el amor se profundiza, el vínculo se fortalece, pero nuestro sentimiento de satisfacción marital aumenta y disminuye.
Durante los «malos tiempos», hay más discusiones y reproches, menos intercambio y contacto, menos momentos de alegría y aprecio. Pero capeamos las tormentas, y alrededor del 50 por ciento de nosotros seguimos casados.
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Lo que la mayoría de las parejas no saben, dicen los expertos en matrimonios, es que hay cosas que pueden hacer para asegurar que los tiempos sean mejores que los peores, para hacer que capear las tormentas sea más suave y fácil.
El matrimonio es como un hermoso jardín, dice Renee Colclough Hinson, Ph.D., directora ejecutiva de la Asociación para Parejas en el Enriquecimiento del Matrimonio. «Requiere habilidad y atención constante. Si se cuida, prosperará, pero si se descuida, se marchitará y morirá».
Se necesita trabajo – Para todos
«¿Quiere decir que tengo que trabajar en ello?». Sí. «No hay pareja que no tenga que trabajar duro para mejorar su relación», dice Sallie Foley, MSW, autora de Sex Matters for Women e instructora de la Universidad de Michigan. Creer que los buenos tiempos seguirán rodando por sí solos es una preparación para la decepción y la desilusión, añade.
El hecho es que todos los matrimonios tienen problemas que causan conflictos y tensan la relación. Entre los problemas más comunes:
- El dinero. Parece que nunca hay suficiente, o si lo hay, una persona se molesta por cómo lo gasta la otra.
- Sexo. Es la razón por la que el 45% de las parejas buscan asesoramiento matrimonial. Por lo general, uno de los miembros de la pareja desea el sexo con más frecuencia y en condiciones diferentes que el otro.
- Trabajo. Los miembros de la pareja tienen diferentes expectativas sobre quién hace qué dentro y fuera del hogar.
- Hijos. Las parejas pueden estar en desacuerdo sobre cómo educar y disciplinar a los hijos.
Los comunicadores positivos se llevan mejor
Estos problemas no llevarán a la ruptura matrimonial si se puede hablar de ellos de forma constructiva con la pareja.
John Gottman, profesor de psicología de la Universidad de Washington y fundador del Instituto Gottman, ha grabado en vídeo a más de 3.000 parejas para intentar aislar las condiciones que hacen que las relaciones prosperen o fracasen. Ha descubierto que, al hablar de un problema, una pareja infeliz empieza criticando el comportamiento de su pareja. A continuación, se ataca la personalidad o el carácter de la pareja, seguido de expresiones de desprecio, un factor especialmente corrosivo. Naturalmente, la pareja atacada se pone a la defensiva, lo que provoca un contraataque. Se produce una pelea, y ni que decir tiene que el problema no se aborda directamente ni se resuelve.
Por el contrario, las parejas felices utilizan cinco veces más comportamientos positivos en sus discusiones que negativos, según ha descubierto Gottman. Por ejemplo, recurren al humor para aliviar la tensión y salpican la conversación con expresiones de afecto para mantener la calma.