Los aficionados a la astrología sabrán muy bien que actualmente estamos inmersos en un acontecimiento cósmico porque, bueno, en pocas palabras, todo se ha sentido un poco fuera de lugar durante los últimos días (y todo el año 2020).

En caso de que te lo estés preguntando, Mercurio retrógrado es probablemente el responsable de esa extraña necesidad que tienes de volver a conectar con tu ex, de esos problemas tecnológicos a los que te enfrentas y quizás incluso de esa confusión cerebral que estás experimentando a la hora de tomar decisiones y hacer planes.

Pero sus efectos no se limitan a tu estado mental, sino que se extienden también a tu estado físico. Todo, desde tus niveles de energía hasta tu piel, puede sentir los efectos del cambiante paisaje astrológico y su consiguiente energía (especialmente con una luna llena en Leo seguida de una luna nueva en Acuario para dar el pistoletazo de salida).

Aquí tienes lo que necesitas saber sobre cómo Mercurio retrógrado está impactando en tu cuerpo, energía y estado de ánimo (y cómo lidiar con ello).

Cómo está afectando a tus niveles de energía

Espera tener más o menos energía de la que estás acostumbrado, particularmente de la variedad nerviosa. El retroceso de Mercurio de enero de 2021 te quitará tu entusiasmo habitual y te dejará aletargado, o te llenará de una energía caótica y dispersa que podría hacerte sentir inquieto, desconcentrado y ansioso.

Según la astróloga Helen Frost, la forma en que canalices dicha energía durante el retroceso de Mercurio es fundamental.

«El cuerpo, inevitablemente, albergará toda esta energía volátil que puede ser súper creativa, estupenda para la danza, para el deporte y la inspiración creativa», dijo Frost a Bustle.

«Sin embargo, pueden ser unas semanas desafiantes desde el punto de vista emocional, y sería fácil mal dirigir esta energía, lo que podría tener repercusiones imprevisibles y graves».

En el lado opuesto, esa sensación de letargo podría dejarle con ganas de saltarse su entrenamiento en circuito y dormir todo el día.

¿El mejor consejo? Sigue tu rutina diaria al pie de la letra, canaliza el exceso de energía hacia el ejercicio o las actividades creativas y no tomes ninguna decisión importante en tu vida cuando te sientas decaída o ansiosa.

Cómo está afectando a tu piel

Es probable que el estrés y la agitación de esta época se noten en tu piel, lo que significa que ya es hora de invertir en algo de autocuidado.

Ya sea real o sólo su percepción, podría sentir que su piel se ve opaca y gris, y que cosas como las líneas de expresión o las ojeras son más prominentes.

Independientemente de lo que le preocupe a su piel, saque ese rodillo de jade refrescante y su sérum favorito y dedique un tiempo de meditación a restaurar la hidratación y el volumen de su cutis.

Cómo afecta a su dieta

Uno de los primeros lugares a los que pueden afectar la ansiedad, el estrés o la energía nerviosa es el intestino. Si te encuentras con alguna agitación mental o emocional, lo más probable es que tu estómago siga el ejemplo y se vuelva mucho más sensible de lo habitual.

Desgraciadamente, esto coincidirá con un periodo en el que la mayoría de la gente sentirá la necesidad de comer más de lo normal para compensar su agotamiento o estrés.

Los alimentos reconfortantes, como la pizza y la pasta, estarán en primer plano, pero intente evitar el exceso de azúcar, cafeína o alcohol, que podrían causar estragos en su estado de ansiedad, y asegúrese de ingerir verduras, frutas, cereales integrales y proteínas saciantes para mantenerse lleno y con energía.

Y por último, como en todos los periodos de estrés y agitación, dar prioridad a tu salud mental es clave, así que elige hacer cosas que sepas que te sirven, ya sea un tranquilo paseo al aire libre con tus amigos, seguir una sesión de yoga en YouTube, una cita para un brunch saludable o un domingo extra largo para dormir.

En resumen: date un capricho (dentro de lo razonable).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.