Hasta el siglo XIX, Europa tenía muchas ciudades-estado independientes con dinastías gobernantes y símbolos locales, pero la mayoría fueron absorbidas por los grandes movimientos de unificación que crearon las modernas Alemania, Italia y otras naciones. Mónaco consiguió preservar su independencia, y el 4 de abril de 1881 aprobó una ley que establecía sus banderas nacionales, que se utilizan en la actualidad.
El complejo escudo principesco, cuyos principales elementos de diseño se remontan a cientos de años atrás, está representado en su totalidad en una bandera blanca que se exhibe en los edificios gubernamentales. El escudo de las armas principescas, del que derivan los colores de la librea, está formado por rombos rojos y blancos alternados. Como ocurre con muchos dispositivos heráldicos, el significado original de los rombos no está claro.
La bandera nacional para uso de los ciudadanos privados, que también ondea en las Naciones Unidas para representar a Mónaco, presenta los colores de la librea derivados del escudo de armas. Es un simple bicolor horizontal de rojo sobre blanco, un uso tradicional de los colores heráldicos. Su uso se remonta al menos a 1339, aunque las primeras banderas monegascas presentaban muchas variaciones gráficas. La similitud de la bandera de Mónaco con la de Indonesia es pura coincidencia.