La Unión Europea es uno de los pocos donantes que inició una financiación específica en 2018, respondiendo a las necesidades urgentes de socorro generadas por la violencia, al tiempo que aborda la inseguridad alimentaria y la preparación y respuesta ante los desastres en toda la región.
La preparación ante los desastres (PD) está integrada en todos los proyectos, con acciones específicas centradas en el fortalecimiento de las comunidades e instituciones locales, permitiéndoles identificar los riesgos y las medidas de mitigación antes de que los peligros naturales les afecten. La preparación para catástrofes incluye el apoyo a la aplicación de políticas nacionales y locales, el establecimiento de sistemas de alerta temprana y la formación de las comunidades para la evacuación de civiles o la prestación de asistencia sanitaria de emergencia a las víctimas.
Desde 1994, la Unión Europea destinó 257,4 millones de euros en ayuda humanitaria a Centroamérica y México. El 66% (171,9 millones de euros) ayudó a responder a emergencias como inundaciones, sequías, epidemias, terremotos, erupciones volcánicas, desplazamientos internos y consecuencias humanitarias de la violencia, mientras que el 34% restante (85,5 millones de euros) se ha invertido en la preparación de las comunidades vulnerables y sus instituciones para hacer frente a futuros desastres.
Para 2019-2020, la UE asignó 26,3 millones de euros, para responder a diferentes necesidades en toda la región. Desde la pandemia de coronavirus hasta la tormenta Amanda en Guatemala y El Salvador, pasando por la epidemia de dengue en Honduras, Nicaragua y Guatemala y las recurrentes sequías en el Corredor Seco de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua.
Esta financiación también tuvo en cuenta las necesidades humanitarias y de protección de la población en movimiento y de los solicitantes de asilo en Guatemala y Panamá, las víctimas de los disturbios civiles que prevalecen en Nicaragua y sus efectos indirectos en Costa Rica. La ayuda humanitaria de la UE proporcionó protección, atención sanitaria y educación en situaciones de emergencia a niños y familias de México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica afectados por la violencia organizada.
La UE también incluyó financiación dedicada a la preparación para desastres y a la capacidad de respuesta a los choques, mediante la integración de la protección y el fortalecimiento de la gestión de la información a nivel comunitario, nacional y regional.
Además, el Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea se desplegó para ayudar al sistema de respuesta nacional guatemalteco a hacer frente a los incendios forestales de abril de 2019. Recientemente, el Mecanismo se ha activado para los vuelos de repatriación de ciudadanos de la UE en la región tras el brote de coronavirus, para responder a los suministros y equipos médicos en El Salvador y para proporcionar imágenes COPERNICUS para las inundaciones en la Costa Caribe Norte de Nicaragua.